Slow Food en el Día Internacional de la Diversidad Biológica: Protejamos la biodiversidad del cambio climático antes de celebrar

22 Май 2024 | Spanish

Los últimos acontecimientos nos han mostrado claramente cómo el cambio climático amenaza la biodiversidad en todo el mundo

«Para formar realmente parte del plan y vivir en armonía con la naturaleza, tal y como aparece en la declaración de este Día Internacional de la Diversidad Biológica, tenemos que mirar al cambio climático a los ojos y ponernos serios para cambiar su curso», comenta Edward Mukiibi, Presidente de Slow Food. «La realidad está llamando a nuestra puerta y si observamos las últimas inundaciones que están devastando Lationamérica, Asia y África, entenderemos cómo estos dramáticos fenómenos están azotando todas las latitudes sin excepción. A su vez, las historias relacionadas con el cambio climático van poco a poco desapareciendo de las noticias a pesar de seguir destruyendo la biodiversidad y el medioambiente. Celebremos la biodiversidad, pero primero protejámosla, por nosotros y por las futuras generaciones».

Según la FAO, los sistemas agroalimentarios industriales son en gran parte responsables de la deforestación, la escasez de agua, la pérdida de biodiversidad y el agotamiento del suelo, así como de los altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero, que contribuyen significativamente al cambio climático. A su vez, el cambio climático está agravando el hambre e impactando los diferentes medios de vida en todo el mundo, ya sean áreas rurales o urbanas.  Además, los sistemas agroalimentarios se enfrentan a desafíos a corto y largo plazo debido al impacto interconectado tanto de la pérdida de la biodiversidad como de la competitividad por el acceso a los recursos naturales. La FAO también nos recuerda cómo la pérdida de biodiversidad amenaza la capacidad de los ecosistemas utilizados para la alimentación y la agricultura para secuestrar carbono y reduce las opciones disponibles para modificar los sistemas de producción en aras de la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo.

Novedades de la red Slow Food

Brasil está sufriendo una de las peores inundaciones de su historia reciente, es la cuarta crisis meteorológica que azota la región meridional en menos de un año. Hace unos días unas lluvias torrenciales inundaron el estado de Rio Grande do Sul, ubicado en el sur, hogar de 11 millones de personas, sumergiendo ciudades enteras y rompiendo una importante presa. Según las últimas cifras, al menos 155 personas han muerto y 94 siguen desaparecidas.  Las inundaciones, que se han extendido por gran parte de los 497 municipios de Rio Grande do Sul, han obligado a 540 000 personas a abandonar sus casas.

La red Slow Food se organizó inmediatamente para recaudar fondos y ayudar a los desplazados, incluyendo agricultores y cocineros.

«Hemos identificado los comedores comunitarios y solidarios como instalaciones clave para cubrir las necesidades alimentarias de las personas que han tenido que abandonar sus hogares. Esta tragedia climática también ha afectado directamente a pequeños agricultores, interrumpiendo abruptamente el suministro de frutas y verduras frescas. Como resultado, la calidad de las comidas ha disminuido significativamente», explica Pedro Xavier de Slow Food Brasil. «Además de coordinar la campaña para recaudar fondos, estamos contactando con cooperativas del estado vecino de Santa Catarina para proporcionar alimentos agroecológicos, buenos, limpios y justos, para enriquecer las dietas y mejorar la calidad de las comidas que se dan en los comedores solidarios». Por ejemplo, la Cooperativa Ecológica Ecoserra recogió 7 toneladas de productos agroecológicos de fincas de agricultores en la región montañosa de Santa Catarina y los distribuyó entre las personas necesitadas. «Para proporcionar alimentos a aquellos que perdieron sus hogares, comenzamos haciendo una lista de los comedores disponibles para producir alimentos y que sirvieran como centros de recepción para las personas que habían perdido sus casas, así como para voluntarios y profesionales», explica el chef Fabrício Goulart de Rio Grande do Sul. Rodrigo Bellora lo secundó: «Como cocineros, transformamos nuestros locales en centros de producción de comidas y en centros de recogida de ingredientes y alimentos. Ahora estamos pensando en las secuelas, en cómo las personas pueden sobreponerse y reincorporarse al mercado laboral o incluso permanecer activos y con esperanzas de futuro».

La Cooperativa Ecoserra, la Asociación de Slow Food Brasil, la Comunidad de Consumidores Responsables y SOS Co.zinhas, RS, se han unido para ayudar a aquellos que más lo necesitan. Esta campaña tiene como objetivo enviar donaciones a diversos comedores solidarios y albergues en Rio Grande do Sul. Todo el mundo puede contribuir donando por Wise https://wise.com/pay/me/fabriciom777

La región sufre regularmente los efectos de El Niño, un fenómeno climático cíclico que lleva fuertes lluvias a las regiones del sur de Brasil, causando a su vez sequía en la selva del amazonas. Estos efectos se han ido exacerbando por la intersección del cambio climático, la deforestación y la urbanización desordenada. Además, los políticos están actuando para debilitar las leyes nacionales en favor de la industria agrícola. Como confirman las fuentes internacionales, se están procesando 25 leyes y 3 enmiendas de la Constitución en el Congreso para hacer la legislación ambiental más flexible. Por ejemplo, intentan mermar la concesión de licencias medioambientales bajo el Código Forestal —la ley principal del país que protege la vegetación autóctona—, y la financiación de la política medioambiental. Son medidas tan negativas que el Observatorio Climático lo llama el «Paquete de Destrucción».

Kenia y el este de África están actualmente sufriendo fuertes lluvias e inundaciones que han devastado los medios de vida de miles de personas, causando pérdidas de vidas y de propiedades, y la interrupción de servicios vitales. En Kenia unas 300 personas han perdido la vida y alrededor de 300 000 han tenido que abandonar sus hogares. Según el departamento meteorológico, la situación va a continuar y los efectos seguirán notándose durante mucho tiempo. Harley Kibon de la Comunidad Indígena Endorois describe la situación del huerto comunitario Sossion Slow Food Community Garden: «Nuestro huerto se ha visto tremendamente afectado. Durante semanas ha estado completamente sumergido y nuestros cultivos de sorgo, maíz y otros vegetales han sufrido daños muy severos. No se ha salvado ni una esquina de este huerto de un acre, ni tampoco nuestras casas, lo que nos ha obligado a buscar un refugio temporal. Nunca antes habíamos visto esto y estamos muy preocupados por si la lluvia continúa, ya que eso aumentaría la inseguridad limentaria».

Slow Food Kenia se ha unido a otras organizaciones para responder en las áreas afectadas mediante la movilización de recursos y el apoyo a las comunidades afectadas con comida, artículos no alimentarios, formación y aportaciones agroecológicas que les permitan reanudar sus actividades cotidianas una vez que la situación mejore.

John Kariuki, el coordinador de las actividades de Slow Food en Kenia, comenta: «Es importante señalar que la mayoría de los desastres relacionados con el clima ocurren en los países en vías de desarrollo, especialmente en África, a pesar de que son los que menos gases de efecto invernadero producen. Los cambios extremos de los patrones meteorológicos han afectado negativamente a los pequeños agricultores, pastores y comunidades indígenas, aumentando la pobreza y la inseguridad alimentaria en Kenia y África. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras vemos cómo sufren nuestras comunidades. Slow Food Kenia seguirá promoviendo y defendiendo la agroecología y la conservación de la biodiversidad como las únicas soluciones viables para el cambio climático. Los pequeños agricultores son los guardianes de los conocimientos indígenas y llevan mucho tiempo demostrando que las verdaderas soluciones a los retos a los que se enfrentan el mundo y el sistema alimentario mundial no residen en la agricultura industrial».

Por desgracia, el resto del mundo tampoco se salva. Por ejemplo, a finales de diciembre y principios de enero las inundaciones y las lluvias torrenciales causaron estragos en Países Bajos, Alemania y Francia, mientras que los países nórdicos sufrieron tremendas nevadas.  En abril, los países del Golfo como Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Catar, Arabia Saudí y Omán sufrieron fuertes lluvias e inundaciones; en Afganistán las inundaciones han causado estragos estos últimos días, lo que ha causado muertes, ha dejado a miles de personas sin hogar y ha destruído la agricultura. Afganistán está entre los países más vulnerables en cuanto al cambio climático a pesar de que solo es responsable de menos del 0,1% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Con las sanciones impuestas tras la llegada al poder de los talibanes en 2021, se han bloqueado 32 programas de adaptación al cambio climático.

La solución es local

La solución está en manos de aquellos que a diario cuidan de la biodiversidad local, de los recursos naturales y de la tierra, protegiéndolos a ellos y a nosotros de los devastadores efectos del cambio climático. «Desde el principio, la red Slow Food cuida activamente de los recursos naturales, los ecosistemas y paisajes con sus 1200 comunidades en todo el mundo y con sus cientos de proyectos para proteger la biodiversidad de los alimentos y las diferentes culturas alimentarias, para promover los huertos escolares y comunitarios, y apoyar las economías locales sanas», añade Mukiibi.

En Brasil, por ejemplo, Slow Food ha desarrollado a lo largo de los años numerosas iniciativas para fomentar la biodiversidad alimentaria, incluyendo el desarrollo de 20 proyectos con comunidades agrícolas (los Baluartes de Slow Food) y la identificación de 235 productos alimentarios en peligro de extinción que están en el Arca del Gusto de Slow Food; por otro lado, en Kenia hay 11 proyectos agrícolas comunitarios (lo que Slow Food denomina Baluartes), mientras que los productos que a las comunidades gustaría preservar son 29 (a bordo del Arca del Gusto). Además, hay 5 Mercados de la Tierra que ofrecen la posibilidad de comprar alimentos frescos locales de forma regular, y 42 chefs que forman parte de la Alianza de Cocineros de Slow Food, la red une a cocineros de diversas procedencias para preservar la biodiversidad, apoyar a los pequeños productores y educar a los consumidores sobre sistemas alimentarios más justos y sostenibles.

Con la vista puesta en el futuro

En la actualidad, muchos científicos internacionales, como Ruth Cerezo-Motfear o Jonathan Cullen de la Universidad de Cambridge, temen que las temperaturas globales aumenten hasta 2,5 °C, por encima de los niveles preindustriales este siglo, mucho más de los 1,5 °C esperados. Las voces del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático prevén un futuro dramático, con hambrunas, conflictos y migraciones en masa debido a las olas de calor, incendios, inundaciones y tormentas de una intensidad y una frecuencia mucho mayor de lo que ya estamos sufriendo.

«La biodiversidad y la crisis climática están claramente interconectadas y deben ser una prioridad en la agenda de los políticos, los medios de comunicación y la opinión pública. Sin una fuerte concienciación y sin un cambio en los sistemas alimentarios hacia prácticas agroecológicas mundialmente extendidas, se puede predecir que, desgraciadamente, la humanidad está condenada al desastre», concluye Mukiibi.

Si quieres saber más sobre el Día Internacional de la Diversidad Biológica: https://www.cbd.int/biodiversity-day

 

 

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