La educación es clave para el futuro de Slow Food

Cinco días de actividades de concienciación en Terra Madre, primer paso para movilizar el cambio  

La educación, uno de los tres pilares fundamentales de la misión de Slow Food, junto con la defensa de la diversidad cultural y biológica y la promoción, ha impregnado la multitud de eventos (más de mil) estando presente durante estos cinco días en Terra Madre, el evento internacional más grande sobre el alimento y las políticas alimentarias que se está celebrando en Turín, (Italia). 

Slow Food cree que ayudando a los niños y a los adultos a entender de dónde viene nuestra comida, cómo ha sido producida y por quién, pueden aprender a combinar el placer con la responsabilidad en sus elecciones diarias y valorar la importancia social y cultural del alimento. La idea de que es sinónimo de placer, cultura y convivencia hace que este enfoque de la educación alimentaria sea único. La red educativa internacional de Slow Food es cada vez más activa, y las conexiones se han ido fortaleciendo a lo largo de Terra Madre. 

Los huertos escolares son una herramienta de aprendizaje fantástica.  Hacen a los estudiantes partícipes dándoles un aprendizaje práctico y les permiten abordar la educación alimentaria y ambiental, la pérdida de biodiversidad y la crisis climática, además de la mayoría de los temas curriculares. Permiten a los alumnos conectar con la naturaleza, concienciar sobre los sistemas de producción alimentaria y descubrir productos alimentarios locales y tradiciones culinarias. 

Kim Aman, delegada de Terra Madre, miembro del grupo principial de educación y profesora activa de la red de huertos en EEUU, ha declarado:

 «Trabajamos con 7000 niños cada mes en diferentes distritos escolares. Además, enseñamos a los profesores cómo cultivar los huertos escolares ya que nosotros solos no podemos hacer todo. El poder está en las personas y los huertos escolares son una herramienta fantástica para enseñar a los niños sobre el medioambiente, los alimentos que comen y la comunidad; les damos algo de lo que puedan estar orgullosos. Animo a todo el mundo a que cultive un huerto escolar en su zona».

La educación alimentaria se practica no solo en lugares de aprendizaje tradicionales, com las clases. Además, los mercados agrícolas, y en particular los Mercados de la Tierra de Slow Food, son un ejemplo de concienciación de consumidores; lo que los distingue de las actividades comerciales tradicionales es su creación de relaciones y su valor educativo. 

Richard McCarthy, miembro de la Junta de Slow Food, ha dicho: 

«Los mercados agrícolas ponen a los productores en contacto directo con los consumidores en un entorno público que es una plataforma para aprender y compratir. El objetivo de los Mercados Agrícolas de Slow Food es que nosotros, como consumidores, aprendamos sobre las prácticas tradicionales e innovadoras de los productores guiados por un conjunto de valores que protegen la biodiversidad, la tierra, a las familias productoras además de proporcionar la innovación de conectar con los consumidores para reconstruir la confianza que es tan importante y atemporal».

Kate Smith, consultora sobre economía circular y educación alimentaria en ciudades como Sídney, Hong Kong, y Londres, aportó a Terra Madre su experiencia: 

«¿Por qué asignamos a nuestros ayuntamientos la responsabilidad de lidiar con nuestros residuos de cocina en lugar de reconocer su fantástico papel en el ciclo de cultivo?  No basta con darle a la gente lo necesario para compostar. Hemos construido una infraestructura social: hemos creado clubs de compostaje para compartir información y hemos presentado a los vecinos entre ellos para ayudarles a interactuar, reutilizar los residuos de cocina y transformarlos en compost».

La industria hostelera, ya sea restaurantes o comedores públicos o de empresas, ha demostrado que la calidad del alimento está intrínsecamente ligada a la historia y el conocimiento sobre su procedencia y producción. La Alianza de Cocineros de Slow Food está creando, a través de un proceso participativo, formatos para cocineros destinados a convertirlos en educadores para diferentes grupos. Educadores, cocineros y activistas de la red de Slow Food participaron en Terra Madre, reforzando este proceso.