Inspírese con 20 retratos de delegados de Slow Food en el Congreso Internacional
08 Sep 2017 | Spanish
El séptimo Congreso Internacional de Slow Food, del 29 de septiembre al 1º de octubrede 2017 en Chengdu (China), dará voz a los delegados de todo el mundo. Sus historias narran el compromiso en la batalla para hacer que la comida sea buena, limpia y accesible para todos. Su contribución al Congreso ayudará a elaborar la estrategia política de esta organización mundial que involucra a millones de personas en 160 países. A continuación se presentan los perfiles de algunos delegados.
De Brasil, Luis Carrazza, vicepresidente de Slow Food Brasil y fundador de la Central do Cerrado, una asociación que reúne a 35 comunidades provenientes de siete estados brasileños para comercializar sus productos. El Cerrado es una gran sabana tropical caracterizada por una increíble biodiversidad animal y vegetal, y representa un ecosistema único, desafortunadamente, hoy en día amenazado y en grave peligro debido a la agricultura y a la ganadería intensivas. Organizar y apoyar a quienes practican la agroecología en esta área, protegiendo la biodiversidad, es un ejemplo positivo de lucha contra el modelo de desarrollo que, en ese país, está devastando recursos naturales que son patrimonio de toda la humanidad.
De Chile, Bélgica Navea, apicultora de la región árida del desierto de Atacama. Junto con su comunidad, Bélgica ha desarrollado más de 30 productos derivados de las abejas. Bélgica forma parte del Comité Directivo de la Asociación Nacional Slow Food Chile y es coordinadora del mercado de la tierra de Coquimbo, siempre en la zona de Atacama. Para contrarrestar la muerte de las abejas que se manifiesta en todo el mundo por el uso indiscriminado de plaguicidas y por la contaminación, Slow Food lleva a cabo iniciativas en todos los niveles, desde la presión sobre las instituciones europeas para que mantengan la prohibición de los neonicotinoides hasta la institución de estaciones de seguimiento de las mieles vírgenes y de las especies nativas de abejas.
De China, Lanying Zhang, directora del Centro de reconstrucción rural y presidenta del comité científico de Slow Food Great China. Después de estudiar en la Universidad de Filipinas, regresó a China y comenzó su carrera en el campo del desarrollo social en el Instituto Internacional para la Reconstrucción Rural, donde ha coordinado e iniciado proyectos, cursos de capacitación y talleres sobre agricultura sostenible, educación medioambiental y sanitaria promoviendo un enfoque participativo del desarrollo. La colaboración entre el Instituto de reconstrucción rural de China ha llevado a la catalogación de 100 productos chinos del Arca del Gusto y tiene como objetivo mejorar las condiciones sociales de los pueblos rurales chinos, mediante el apoyo a los agricultores que practican la agricultura sostenible, y también contrarrestar la migración incontrolada a las ciudades.
De Colombia, María Alicia Ramírez, líder del grupo local Slow Food en Barranquilla, educadora y coordinadora de un centro pedagógico didáctico infantil sobre los temas de la gastronomía. Con otros educadores de varios países creó Slow Food Educa Latino América, una red latinoamericana que promueve la nutrición y el gusto tanto para jóvenes como para adultos, con el fin de entrenar los sentidos y redescubrir el placer de los alimentos. Actuar sobre las generaciones más jóvenes, educarlas a través del sentido del gusto y el placer de jugar y manipular para conocer y apreciar los alimentos saludables, es una inversión para el futuro de todos y uno de los principales objetivos de Slow Food.
De Filipinas, Pacita Juan, miembro de Slow Food Manila. Pacita fundó la Figaro Coffee Company y es presidenta de la Philippine Coffee Board. Se dedica a tiempo completo a temas sociales y medioambientales y organiza algunas exposiciones de productos del Arca del Gusto de Slow Food en el WOFEX (World Food Expo Filipinas) y en el Madrid Manila Fusion. Slow Food ha dedicado 6 Presidios al café, uno de los productos más vendidos del mundo, fuente de grandes injusticias sociales para los productores. Desde África hasta América Latina, quien cultiva y recolecta el café es el eslabón más débil de una cadena económica que proporciona enormes ganancias a todos menos a ellos.
De Japón, Koyuru Saito, agricultor de Miyamotoyama, una empresa agrícola con más de 1300 años de historia ubicada en la ciudad de Sosa, prefectura de Chiba, Japón.
Han pasado aproximadamente 30 años desde que sus padres iniciaron el camino de la agricultura orgánica con la ayuda de la comunidad. Actualmente Koyuru está trabajando en un proyecto para optimizar los beneficios de la energía solar sin la instalación de paneles que comprometan la producción agrícola. Aquí hay un breve vídeo que lo muestra. Su experiencia es importante porque demuestra cómo la innovación tecnológica y la ciencia se pueden utilizar al servicio de una agricultura sostenible, superando el prejuicio que quiere etiquetarla como una práctica romántica, poco eficiente y sustancialmente anticuada.
De Italia, Valentina Gucciardo, entusiasta coordinadora del proyecto de los huertos escolares en Toscana, que cada año involucra a más de un millar de estudiantes y profesores, que trabajan con cocineros y agricultores. Desde hace cinco años, el proyecto ha entablado una relación estable con los huertos Slow Food de Uganda. Con las ganancias de los mercados de fin de año, los escolares han adoptado cinco huertos dentro del proyecto 10 000 Huertos en África de la Fundación Slow Food. La actividad en las escuelas es muy importante para Slow Food, que desde hace más de 15 años está comprometida con la creación de huertos escolares en Italia, África, y también en los Estados Unidos junto con Alice Waters (vicepresidenta de Slow Food) y a su Edible Schoolyards Project (Proyecto Patios Escolares Comestibles).
De Letonia, Astride Rozite, líder de Slow Food Straupe. Astride contribuyó al lanzamiento del primer Mercado de la Tierra en los países bálticos. Coordina el proyecto “Salud en la ciudad y en el campo” y trabaja en la oficina de turismo del municipio de Pargauja. Es editora y coautora de “Piena grāmata”, libro histórico sobre una cooperativa de ganaderos y queseros de Straupe (Straupe Dairy Farmers Cooperative Society). Los Mercados de la Tierra son una red internacional de mercados campesinos, coherentes con la filosofía de Slow Food. Lugares donde se venden solamente productos locales y de temporada, que hoy en día ya son 60 en el mundo.
De Kazajistán, Aida Baimakova, joven activista, coordinadora de Slow Food Youth Network Astaná e hija de Gulmaira Baimakova, representante de la comunidad de las productoras de lácteos tradicionales de Aqmola. La comunidad está formada por las mujeres del pueblo de Karabulak, en la provincia septentrional de Aqmola, que se dedican al pastoreo de ganado durante el verano, y que promueven la conservación de los pastizales degradados, con el sistema “cinturón verde”, utilizado por la población de Kazajistán desde la antigüedad. El abandono de las montañas lleva a una degradación ambiental generalizada: deslizamientos de tierra, incendios, avalanchas producidas por la nieve que se desliza en pastizales no cortados, arroyos que se desbordan y arrastran los troncos cuesta abajo… Slow Food apoya el trabajo de los pastores en las montañas por su papel de protección y mantenimiento del territorio.
De Macedonia, Sonja Srbinovska, profesora de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Cirilo y Metodio de Skopie, experta en la flexibilidad de las normas higiénico-sanitarias en el campo de los productos lácteos, especialmente la leche cruda. Como red de Terra Madre Balcanes, desde hace años, Slow Food apoya a los pequeños productores, a los que a menudo se les exigen inversiones desproporcionadas para permanecer legalmente en el mercado.
De Senegal, Mbaye Diongue, presentará al Congreso un proyecto de desarrollo cuyo objetivo es trabajar en la diáspora marroquí y senegalesa (DIAMASE). El proyecto es financiado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y tiene como objetivo involucrar a las dos diásporas en un esfuerzo conjunto para crear negocios en las zonas rurales.
De Sudáfrica, Caroline McCann: comenzó su carrera como abogada, y luego decidió abrir la carnicería Braeside, cuyo lema es free range and grass fed (pastoreo y alimentación con hierba). En las tiendas de la zona urbana de Johannesburgo, explica a los consumidores qué carne están comprando y de qué productor proviene. Con la ayuda de varios cocineros, ha organizado las últimas ediciones de Slow Meat en Johannesburgo, Durban, Ciudad del Cabo y otras ciudades sudafricanas, para informar al consumidor de todos los cortes del animal, exigir conocer el origen de la carne y saber elegirla. Slow Meat es una campaña internacional sobre la importancia de reducir el consumo de carne y elegir la que proviene de la ganadería sostenible que presta especial atención al bienestar de los animales.
De Turquía, Guven Eken, activista turco involucrado en un proyecto llamado Doga Oulu (“escuela de la naturaleza”) que tiene como objetivo la conservación de los paisajes ancestrales del Egeo, es decir, las vastas áreas de Anatolia, donde el olivo se ha extendido de forma espontánea en la tierra en la que también se practica el pastoreo.
El Congreso Internacional de Slow Food también contará con la participación de representantes de comunidades indígenas de todo el mundo. Las comunidades indígenas conservan un patrimonio de tradiciones, culturas y lenguas que históricamente ha sufrido la supresión cultural y, en algunos casos, el genocidio. Slow Food apoya a los pueblos indígenas y ha organizado la cumbre mundial Indigenous Terra Madre en el 2015 en Shillong, India.
Los delegados indígenas de Slow Food son:
De Marruecos, Fatiha El Jazouli, indígena amazigh, líder del grupo local de Slow Food en Marrakech – El Houz y presidenta de una cooperativa de productores de cereales y transformadoras locales para la producción de varios tipos de cuscús tradicionales.
De México, Dalí Nolasco Cruz, mujer indígena nahua, coordinadora del Presidio del chile serrano de Tlaola y líder del grupo local de Slow Food en Tlaola Kukuk.
De la República Democrática del Congo, Nicolas Mushumbi Mukumo, activista pigmeo comprometido en la defensa de los derechos de su pueblo y, más generalmente, de los pueblos indígenas del bosque de Kivu. Es el creador y principal referente de la primera Terra Madre de la región, Terra Madre des Grands Lacs, importante evento che ha involucrado a muchas personas de los países vecinos (Uganda, Ruanda y Tanzania).
De Rusia, Liudmila Ignatenko, presidenta de la comunidad indígena de Aleskam, una de las primeras comunidades indígenas en Kamchatka que ha obtenido el estatuto jurídico reconocido en 1992. El nombre Aleskam es la unión de los nombres de los aleutas, de los esquimales, y de los kamchadal. La comunidad de Aleskam consta de unas 50 personas involucradas en la cosecha y procesamiento de hierbas y plantas silvestres y especializadas en la producción de mezclas de hierbas. Desde 2006, la comunidad organiza el festival de las plantas silvestres.
De los Estados Unidos, Prairie Rose Seminole, indígena arikara/hidatsa. Educadora y activista. Participa y realiza cursos de capacitación para promover el empoderamiento de su comunidad, especialmente mediante la sensibilización de los jóvenes. Es una experta en medicina natural y en el uso de hierbas y plantas espontáneas.
De Suecia, Anna-Marja Helene Kaddik, indígena sami, llevará al Congreso algunas cuestiones relacionadas con el cambio climático y la gestión de sus rebaños.
De Uganda, John Wanyu, le encanta definirse con orgullo el primer gastrónomo ugandés. Se graduó en 2016 con una tesis sobre la biodiversidad de su país, ahora es uno de los coordinadores de las actividades de Slow Food en Uganda, en particular, del Presidio de las antiguas variedades de mijo de los Teso de Kyere, de la comunicación de la red local y de la Alianza de Cocineros.
Oficina de Prensa Slow Food Internacional
[email protected] – Twitter: @SlowFoodPress
El Congreso Internacional de Slow Food está certificado como un evento de cero emisiones, gracias a la contribución de SouthPole Group – una empresa internacional especializada en la reducción de gases de efecto invernadero y en una amplia gama de soluciones sostenibles tanto para organizaciones públicas como privadas. SouthPole Group compensará el impacto y las emisiones generadas por el Congreso, incluidos los vuelos, a través de su proyecto Huóshui Grouped Small Hydropower.
El Congreso de Slow Food es organizado por Slow Food, la Comisión Municipal de Comercio de Chengdu y Slow Food Great China. También se lleva a cabo gracias al apoyo de los siguientes socios: Autogrill, Colussi, Di Martino, Eataly, Lavazza y Rivetti. Socio legal, BLB Studio Legale, Service Provider Sommos.
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