Slow Food sobre las protestas: «Necesitamos una transición justa e inclusiva para todos, también para los agricultores»
19 Gen 2024 | Spanish
Nuestros agricultores necesitan precios justos para sus productos, una política orientada al futuro y una garantía en los compromisos de financiación
La manifestación anual «Wir haben es Satt! —¡Estamos hartos!— » se está celebrando hoy en Berlín, coordinada por una coalición de más de 50 organizaciones, incluyendo Slow Food Deutschland.
En este vigésimocuarto aniversario, la manifestación tiene como objetivo luchar y sensibilizar sobre las consecuencias negativas de la agroindustria, incluyendo la amenaza a los sustentos de varias pequeñas explotaciones agrícolas y la infravaloración del derecho de los consumidores a la transparencia y a tomar sus propias decisiones, así como el aumento de la estandarización de los sabores y, por lo tanto, la pérdida de la biodiversidad. De hecho, la agricultura industrial infravalora la diversidad de cultivos presente en los campos de los agricultores, lo que contribuye constantemente a emisiones globales de CO2 y vierte contaminantes en los suelos y las aguas subterráneas, empobreciendo así la calidad nutricional de los alimentos y perjudicando nuestra salud.
Agricultores, convencionales y ecológicos; activistas de los derechos animales y ambientales; activistas de movimientos alimentarios, de cooperación y desarrollo; jóvenes comprometidos y ciudadanos críticos se están manifestando juntos en favor de una agricultura rural, más ecológica y libre de OMG.
No obstante, la manifestación de este año llega después de que numerosas filas de tractores bloquearan las carreteras de Alemania durante estos últimos días.
Nina Wolff, presidenta de Slow Food Alemania y miembro de la Junta Internacional de Slow Food, comenta: «Las protestas de los agricultores van en contra de la situación que nos han dejado décadas de políticas agrícolas erróneas, lo cual criticamos fervientemente. Nuestros agricultores necesitan precios justos para sus productos, una política orientada al futuro y una garantía en los compromisos de financiación, lo cual no tenemos a día de hoy, para restructurar la agricultura de manera que sea respetuosa con el clima y con los animales. ¡Nosotros también estamos hartos! El sector agrícola ha mostrado su oposición al anuncio de los recortes a corto plazo de las subvenciones, lo cual era predecible. La transición hacia la sostenibilidad es urgente, debe ser inclusiva y permitir que todo el mundo desempeñe su papel. Hacemos un llamamiento en contra de la instrumentalización de las protestas por parte de los grupos de extrema derecha que dicen representar a los agricultores pero cuyo objetivo es reunir votos antes de las elecciones europeas de 2024, empañando el debate público verdaderamente importante sobre la transición que tanto necesitamos en nuestros sistemas alimentarios».
En los últimos años, los agricultores industriales europeos se han quejado de políticas como el Pacto Verde, cuyo objetivo es hacer que los sistemas sean justos, saludables y respetuosos con el medio ambiente. Estas políticas tienen gran impacto en el sector agrícola industrial, responsable de alrededor del 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero. En Países Bajos, Bélgica, Irlanda, España y Francia tuvieron lugar hechos similares con convoyes de tractores y agricultores que tomaron las calles para protestar en contra de las políticas para proteger el planeta que tanto dicen que cuestan.
Marta Messa, Secretaria General de Slow Food, explica: «Los agricultores se ven atrapados entre la presión de las políticas, la industria alimentaria y la distribución minorista a gran escala. Desde 1960, las subvenciones más generosas, procedentes de la Política Agrícola Común, así como los servicios de asesoramiento de los que dependen, han estado claramente orientados hacia una agricultura industrial y una mayor producción. No es sorprendente que el cambio de rumbo de las políticas se tope con la frustración y la oposición de los agricultores industriales.
Pero aquí no se trata de una cuestión de agricultura versus medioambiente. Los agricultores dependen de la naturaleza, la agricultura necesita un entorno sano para prosperar. No obstante, más del 80% de los hábitats en Europa están en malas condiciones y la producción de ciertos cultivos se había visto afectada por suelos de mala calidad, falta de agua y fenómenos meteorológicos extremos.
La amenaza real es la atención que las protestas de los agricultores ha provocado sobre los partidos populistas y de extrema derecha, así como sobre los conspiracionistas radicales. Según nos vamos acercando a las elecciones al Parlamento Europeo, además de ocho elecciones nacionales en Europa este año, hemos de seguir trabajando hacia una transición justa e inclusiva, denunciando cualquier intento por parte de grupos políticos de empujar a nuestras sociedades hacia políticas de extrema derecha que nos alejen del alimento bueno, limpio y justo para todos», concluye.
Slow Food lucha por un cambio en los sistemas alimentarios que beneficie al medioambiente y al clima, a la vez que apoya a los productores.
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