Durante el fin de semana de apertura de Terra Madre Salone del Gusto, el foro Agua: Un Bien Comun, demostró el problema severo de agua a nivel mundial, el despojamiento de los derechos hidricos de comunidades, la contaminacion excesiva de fuentes hidricas, el calentamiento de los mares, y el impacto que esta teniendo en todas las regiones del mundo.
El Caribe no es indiferente a estos problemas, durante el foro, Gonzalo Merediz, biólogo de México, nos dijo: “La contaminación es el problema en Yucatán en este momento. Tenemos una enorme industria turística y hotelera que genera empleo, pero tambien genera enormes cantidades de contaminación. Esto va a las fuentes de agua e impacta los arrecifes de coral, que continúan muriendo. Y a medida que muere el coral, también muere el ecosistema.” Gonzalo también es activista del cambio climático en el estado de Quintana Roo con la organización Amigos de Sian Ka’an. Trabajan para educar a la comunidad y alentar a la industria del turismo y otras industrias de la región a administrar los recursos hídricos de manera más eficiente.
Marcela Ampudia Sjogreen (portavoz de la comunidad Slow Food Fi Wi Old Providence and Catalina)y Liliana Vargas técnico de recursos alimentarios del proyecto Slow Fish Caribe desde las islas Providencia y Santa Catalina en Colombia expanden en los problemas mas insistentes con respecto al agua.
Directamente desde las islas
El caribe no es ajeno a las dificultades de acceso al agua potable para el consumo humano y la producción agrícola, por el contrario, es una región frágil en este sentido y más aun en el serio panorama del calentamiento climático que afecta con mayor fuerza estos territorios.

Fuentes de Agua
Providencia es una isla de tan solo 17 kilómetros cuadrados, con una altura máxima de 360 metros sobre el nivel del mar, y a una distancia de 762 kilómetros de la costa colombiana en el Caribe, allí el agua es un bien muy preciado. La isla de Providencia cuenta con una represa sedimentada en un sector de la isla denominado por sus pobladores Freshwater Bay, con un sistema de acueducto a medio andar, y con una comunidad que ha dejado de construir cisternas con sistemas de recolección de agua lluvia en sus casas. Por lo anterior, los isleños son totalmente dependientes del suministro del agua de la represa-acueducto.
Debido a las sequias de los últimos años, al desabastecimiento de químicos para el tratamiento del agua y a las precarias condiciones del sistema de acueducto, existen sectores de la isla que reciben el preciado líquido una o dos veces al mes. Por esta situación, hoy día, muchos hogares deben comprar agua embotellada para cocinar, y carrotanques de agua no potable para lavar ropa y bañarse.
Agricultura en las Islas
Para la agricultura, el agua es aún más escasa. Los agricultores tradicionalmente dependen de las lluvias para sus cultivos, pero debido al cambio climático y la irregularidad de las lluvias en los últimos años, depender de las lluvias es un riesgo muy alto. Regar las plantaciones con el agua clorada del acueducto no es posible, tampoco existen mini distritos de riego o el interés gubernamental por mejorar el suministro de agua para la agricultura. Por ende, al hablar de las problemáticas de la agricultura en la isla, siempre sale a flote la falta de agua para riego. Según los isleños, si no se soluciona el “problema del agua,” los demás problemas son lo de menos, por que de este preciado líquido depende también sus posibilidades de autonomía alimentaria.

Turismo y el Agua
Otro de los factores que afecta severamente el acceso al agua de la población en el caribe es la destinación de estos recursos para abastecer el creciente sector turístico. Conglomerados hoteleros se instalan en los territorios demandando grandes cantidades de éste líquido para atender la demanda de los miles de turistas que llegan a los territorios, por encima de las necesidades de abastecimiento de los pobladores locales, esto es evidente y causa de conflictos en el caribe mexicano.
Ante la urgencia de proveer de agua potable a las poblaciones, los estados en el caribe deben replantear sus políticas públicas para asegurar este derecho humano fundamental para la población, no sólo para el consumo humano sino para garantizar las posibilidades de autonomía alimentaria viabilizando la producción campesina agrícola, por ello en el marco del proyecto Slow Fish Caribe en el área de incidencia en políticas públicas se trabajó de la mano con las comunidades construyendo propuestas de políticas públicas en este sentido, aportando elementos para solucionar estas problemáticas desde las apuestas comunitarias que se identificaron en los territorios.
El proyecto Slow Fish Caribe, financiado por la Unión Europea, reconoce la importancia de trabajar en red, intercambiar conocimientos, aprendizajes, experiencias, buenas prácticas, promoviendo la conservación de la biodiversidad de los complejos, frágiles y biodiversos ecosistemas de arrecifes costero-caribeños, sometidos a una excesiva explotación, consolidando buenas prácticas para el uso sostenibles de los recursos de las Reservas de la Biosfera. Desde 2017 se está trabajando en la costa mexicana de Quintana Roo, donde se encuentran las Reservas de la Biosfera de Sian Ka’an y de Banco Chichorro, y la costa caribeña colombiana en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde se ubica la Reserva de la Biosfera Seaflower, con el objetivo de promover el uso sostenible de los recursos marinos y costeros de los complejos, frágiles y biodiversos ecosistemas de arrecifes costero-caribeños, sometidos a una excesiva explotación