A principios de noviembre, 26 productores indígenas del pueblo Sateré-Mawé firmaron un acuerdo con la Fiscalía en el Estado de Amazonas para suministrar sus productos buenos, limpios y justos a las escuelas municipales indígenas en la Amazonia. El acuerdo que durará un año tiene un valor aproximado de $103,000 Reales (aproximadamente 26.000 U$D), e involucrará alrededor de cincuenta escuelas municipales indígenas en Maués, con casi 2.000 estudiantes beneficiados.
“Estamos muy contentos, los niños comerán la comida de nuestro pueblo en las escuelas. También sabemos que vamos a comerciar y a un precio justo, muchos estaban desanimados a producir porque el precio no era justo, debido a intermediarios y otros problemas de aquí”, dijo uno de los productores Sateré.
El proceso fue impulsado por el movimiento Slow Food en asociación con el Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología de Amazonas (IFAM), junto con otros actores locales y gracias al apoyo de un proyecto financiado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola – FIDA, que viene trabajando desde hace dos años en la Tierra Indígena Andirá Marau del pueblo Sateré Mawé, en el municipio de Maués, Amazonas. Para comprender mejor este proceso, hemos entrevistado a algunos de los actores activos.
José Guedes, facilitador de Slow Food Network en Amazonas, nos contó que “lo que sucedió es muy importante desde muchos puntos de vista. Haciendo una estima, el proyecto puede hasta duplicar los ingresos de los productores en un año, pero para que ocurra ahora es necesario acompañarlos y aumentar su autonomía en el proceso. Con esto esperamos poder proporcionar alimentos de calidad de importante valor cultural a niños y jóvenes de escuelas municipales indígenas; y contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional de los niños».
Las actividades preparatorias han sido muchas. También el aporte de diferentes socios que, entendiendo la importancia del proyecto, apoyaron el proceso en diferentes etapas. Entre ellos están el Centro de Trabajo Indígena (CTI)[1], la Comisión de Alimentos Tradicionales de los Pueblos del Amazonas (CATRAPOA), el Centro Colaborador para la Alimentación y Nutrición Escolar de la Universidad Federal de Amazonas (CECANE-UFAM).
Guedes es parte del movimiento Slow Food y desde 2018 desarrolla el proyecto con las comunidades del río Marau (especialmente aquellas ubicadas en el Bajo Marau y el Bajo Urupadi). En este territorio, el proyecto complementa el Curso Técnico Integrado sobre Agroecología del IFAM, en el que participan 40 personas (en su mayoría jóvenes), y comprende actividades prácticas (en sistemas agroforestales y de cría de animales) con la participación de los jóvenes en el desarrollo de políticas públicas.
Melissa Michelotti Veras, del IFAM, nos explicó que en los debates que surgen en el curso de agroecología, los jóvenes Sateré-Mawé dijeron claramente que en las escuelas hay mucha comida que proviene del exterior. Por lo tanto, enfatizò que «lo que hemos logrado es el resultado de una demanda identificada por las personas para tener un almuerzo escolar que respete su cultura alimentaria».
Primero era necesario entender la situación productiva, por eso con los jóvenes Sateré, se hizo un diagnóstico participativo y reuniones en siete comunidades del Bajo Marau. Y una vez que se dieron cuenta, comenta Veras que “teníamos productos disponibles para los almuerzos escolares, comenzamos a dialogar con la ciudad de Maués para hacer posible ese deseo». Según Guedes esta información fue muy importante para presentarla a las autoridades del municipio, ya que desafortunadamente, existe una opinión errónea de que los indígenas no producen alimentos y tendrían dificultades para satisfacer la demanda. Relata Guedes que “nuestro estudio trajo números y datos sobre la diversidad y cantidad de producción de la comunidad, que han sido importantes para convencer a los tomadores de decisiones.”
Hemos dado un paso importante en este municipio de Maués, además de garantizar la generación de ingresos, el proceso garantiza los derechos y el respeto por la cultura alimentaria de este pueblo y aún más, añade Veras, “estamos poniendo sobre la mesa un tema importante”. El desafío ahora es continuar esta actividad y brindar apoyo para que este proceso pueda ser realizado y administrado por los productores y las productoras jóvenes. Ahora ellos trabajarán en la producción, organización y logística para satisfacer la demanda. El pueblo Sateré produce mucho (como se demuestra el diagnóstico participativo) y está muy motivado. Esta es la primera experiencia y se cree que puede inspirar a otros y por lo tanto expandirse: crear otros edictos para servir a más escuelas e incluir más productores. Según Veras, “tenemos muchos desafíos, pero un gran potencial: ¡los Sateré son grandes agricultores!”.
Comunidades del pueblo Sateré-Mawé han sido miembros del movimiento Slow Food desde el 2006. De hecho, el pueblo Sateré-Mawé tiene dos «Baluartes Slow Food[2]«: uno, para darle valor a las prácticas tradicionales de producción de Waraná y el otro, para proteger la miel de la abeja nativa Canudo (sin aguijón). A través de la red Slow Food, comunidades el pueblo Sateré han logrado expandir su mercado de comercialización a Europa[3] y actualmente forman parte de este proyecto de Slow Food, apoyado por el FIDA. El proyecto tiene como objetivo promover distintos canales de comercialización para los productores, además de incluir a los jóvenes en las actividades productivas y políticas de la comunidad, y crear conciencia sobre la soberanía alimentaria y las técnicas agroecológicas para la producción de alimentos. A nivel mundial, el proyecto se lleva a cabo en otras nueve comunidades indígenas del mundo[4] y es parte del trabajo de la Red de Pueblos Indígenas de Slow Food «Terra Madre Indígena»[5] (ITM) que reúne a comunidades indígenas, socios y diversas organizaciones.
Notas técnicas:
El proyecto contribuyó al desarrollo de una política pública dentro del Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE)[6] en el municipio de Maués-AM, aprovechando una situación normativa favorable. De hecho, con el fin de garantizar una alimentación saludable para los estudiantes de las escuelas municipales indígenas en Amazonas, la Fiscalía del MPF en Amazonas emitió una nota técnica (nº 01/2017 / ADAF / SFA-AM / MPF-AM), a través de un acuerdo interinstitucional con la Agencia de Defensa Agrícola y Forestal del Estado de Amazonas (ADAF) y la Superintendencia Federal de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Amazonas (SFA / AM).
Cabe destacar que la producción de vegetales procesados debe consumirse el mismo día, ya que en la mayoría de las circunstancias territoriales la ausencia de electricidad dificulta la conservación de los alimentos. Por lo tanto, el MPF recomendó al Estado y los municipios que tienen escuelas indígenas, de crear concursos específicos para los comedores escolares. Esta nota facilita el suministro de producciones agrícolas (tanto vegetales como animales) por parte de productores indígenas en los concursos públicos. Con esta base técnico-legal, la producción de vegetales procesados, como la producción de algunas frutas, jugos, así como la producción animal (pescado, gallinas, huevos, cerdos, cabras, entre otros) está exenta de la aprobación de la vigilancia sanitaria, dado el carácter familiar.