Slow Food Europe lamenta que las prioridades de la nueva Presidenta de la Comisión Europea, cuyo nombramiento fue aprobado por el Parlamento Europeo el martes por la tarde, no sean suficientemente estrictas ni explícitas como para afrontar la crisis climática.
Ursula von der Leyen, la futura presidenta de la Comisión Europea a partir de noviembre, no sugirió ningún cambio en la política agrícola europea, pese a que este es uno de los principales causantes del cambio climático y de la pérdida de biodiversidad. La Parlamento Europeo se decantó a favor del nombramiento de von der Leyen con 383 votos a favor y 327 en contra. Tras cuarenta y ocho horas de negociaciones entre los líderes de la Unión Europea, von der Leyen surgió como una candidata inesperada para la presidencia de la Comisión.
La Presidenta electa de la Comisión ha afirmado que el cambio climático es su máxima prioridad, y ha dicho que «mantener la salud de nuestro planeta es la mayor responsabilidad y oportunidad de nuestro tiempo». Sin embargo, tal y como muestran las olas de protestas por el cambio climático, así como los resultados de las elecciones europeas, la nueva Comisión debería afrontar la cuestión del cambio climático con más vigor que nunca.
Slow Food Europe está convencido de que para poder abordar el cambio climático adecuadamente, la exministra de defensa alemana debe analizar el problema con mucha más profundidad en lugar de prometer que se alcanzarán objetivos ambiciosos como la neutralidad climática en 2050, o una reducción mínima de un 50 % de las emisiones de CO2 en 2030.
«La nueva Presidenta de la Comisión se centró mucho en los compromisos con el clima, prometió que presentaría la primera Ley Climática Europea y que cumpliría objetivos ambiciosos. Pero las promesas para convertirse en una pionera en la lucha contra el cambio climático están vacías si no se detallan las políticas que se pondrán en práctica para alcanzar dichos objetivos. No se puede afrontar seriamente el cambio climático sin revisar la actual Política Agrícola Común (PAC), que tiene consecuencias desastrosas para la agricultura europea, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad», afirma Rachele Lodi, investigadora climática y Consejera Internacional para Europa de Slow Food.
Actualmente, la reforma de la PAC está diseñada para seguir apoyando la agricultura intensiva, uno de los mayores causantes de la pérdida de biodiversidad y del cambio climático. Un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la producción agrícola industrial; en este contexto, las Naciones Unidas publicaron recientemente un informe que revela resultados alarmantes sobre el declive «acelerado y sin precedentes» de la biodiversidad mundial.
«Como Slow Food, nosotros ponemos la defensa de la biodiversidad en el corazón de nuestro trabajo. Creemos que una estrategia coherente para proteger la biodiversidad debería incluir la agricultura como uno de los métodos para restituir la salud del medio ambiente, así como sus capacidades para producir comida buena, limpia y justa. La biodiversidad agrícola está en el corazón de la seguridad alimentaria».
Slow Food Europe también cree que es fundamental para la UE liderar una transformación ejemplar en nuestro sistema alimentario. Esto solo se puede lograr a través de la creación de una Política Alimentaria Común holística, que integre aspectos como la salud, el comercio, la agricultura, la cultura, la biodiversidad, el cambio climático, el bienestar animal, y muchas otras cuestiones que giran en torno a la alimentación. Slow Food Europe, junto con otras organizaciones, ha emitido recientemente una carta abierta que exige que un vicepresidente de la Comisión Europea se haga responsable de asegurar la transición a sistemas alimentarios sostenibles. Slow Food Europe urge a von der Leyen que apoye esta demanda para remediar el déficit democrático en los sistemas alimentarios y reequilibrar el poder.
Slow Food Europe: Manifiesto por las elecciones europeas de 2019.