Slow Food demande une action immédiate : toutes les rédactions et tous les gouvernements du monde devraient en faire leur priorité
El actual modelo industrial de agricultura que sustenta el sistema alimentario mundial se está destruyendo a sí mismo, y a nosotros con él: esta es la conclusión que podemos extraer del informe publicado hoy por la FAO sobre el estado de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura en el mundo. El informe proporciona algunos detalles alarmantes sobre el daño irreversible y catastrófico que se está causando a la biodiversidad del planeta, específicamente a la que sustenta nuestro sistema alimentario. También pone énfasis en nuestra dependencia de un pequeño grupo de especies, en la destrucción del hábitat y la deforestación, así como en el uso insostenible de recursos, señalándolos a todos ellos como factores clave de la rápida pérdida de biodiversidad que está destruyendo los sistemas vivos que alimentan el planeta.
El informe de la FAO es la primera investigación exhaustiva de este tipo, pero el objetivo que persigue está alineado con el corazón mismo de la misión de Slow Food.
Desde 1996, Slow Food lucha y defiende la necesidad de salvar la biodiversidad de nuestro planeta: creando el Arca del Gusto, un catálogo de alimentos en peligro de desaparición al que se ha añadido recientemente su producto número 5.000; creando 575 Baluartes, potenciando y apoyando a los agricultores y productores de alimentos que trabajan en armonía con el medio ambiente y promueven la biodiversidad local; y haciendo campaña contra el actual modelo destructivo e insostenible de agricultura industrial intensiva. Slow Food trabaja desde hace tiempo con la FAO para desarrollar sistemas alimentarios y agrícolas mejores para los consumidores, los productores y el planeta. De hecho, Carlo Petrini, el presidente de Slow Food, es un embajador especial de la FAO para Europa, un cargo que demuestra la afinidad entre ambas organizaciones.
El tiempo se está acabando, debemos cambiar las cosas en los próximos 10 años o nos arriesgamos a un colapso total e irreversible. Para ello debemos combinar los conocimientos actuales y la tecnología moderna con sus homólogos tradicionales, y redefinir nuestro enfoque de la agricultura y la producción de alimentos, asegurándonos de que la conservación de la biodiversidad y la ecología la misma importancia que los beneficios y la productividad. Todos los implicados, desde los pequeños agricultores y productores hasta los más altos niveles de gobierno, deben orientarse hacia un sistema alimentario que proteja la biodiversidad a través de legislaciones como las de la Política Agrícola Común (PAC) de la UE.
A pesar de las graves implicaciones del informe, no debemos perder la esperanza de que las cosas puedan cambiar: el éxito de los proyectos de Slow Food en el mundo demuestra que a través de la cooperación y la acción comunitaria se pueden construir alternativas viables a la situación actual, que promuevan y protejan la biodiversidad. Debemos actuar juntos, y debemos actuar ahora para salvar nuestros alimentos, para salvar nuestro planeta y para salvarnos a nosotros mismos.