Slow Fish Caribe
Con la pesca, al igual que con la agricultura, Slow Food cree firmemente que cada individuo puede contribuir a cambiar los mecanismos de un sistema alimentario globalizado basado en la explotación intensiva de los recursos.
Redescubriendo sabores diferentes y olvidados que el mercado globalizado tiende a borrar y creando recetas nuevas o actualizadas. La Campaña internacional Slow Fish trata de recuperar la sabiduría tradicional de las comunidades, las dietas de generaciones pasadas y los recursos conocidos y desconocidos resguardados por ríos, lagos y mares.
Para tener alguna posibilidad de éxito, esta reflexión debe comenzar a nivel local y desarrollarse en red. Por esto, Slow Fish cuenta con varias iniciativas regionales.
Un ejemplo es Slow Fish Caribe, que incluye a comunidades de académicos, activistas, cocineros, pescadores, representantes de instituciones provenientes de países de todo el Caribe como Colombia, Costa Rica, Cuba, Honduras, Panamá, Haiti, las islas de Granada (Pequeña Martinica) entre otros.
Slow Fish Caribe reconoce la importancia de trabajar en red, intercambiar conocimientos, aprendizajes, experiencias, buenas prácticas con el fin de trabajar en una visión común que promueva y valorice las artes de pesca artesanales en la región, así como fomentar el uso sostenible de los recursos marinos y costeros y la gestión de áreas marinas protegidas desde un enfoque holístico y compartido.
En este marco, el proyecto Slow Fish Caribe promueve la conservación de la biodiversidad de los complejos, frágiles y biodiversos ecosistemas de arrecifes costero-caribeños, sometidos a una excesiva explotación, consolidando buenas prácticas para el uso sostenibles de los recursos de las Reservas de la Biosfera. Desde 2017 se está trabajando en la costa méxicana de Quintana Roo, donde se encuentran las Reservas de la Biosfera de Sian Ka’an y de Banco Chichorro, y la costa caribe colombiana en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde se ubica la Reserva de la Biosfera Seaflower, con el objetivo de promover el uso sostenible de los recursos marinos y costeros de los complejos, frágiles y biodiversos ecosistemas de arrecifes costero-caribeños, sometidos a una excesiva explotación. Gracias al apoyo de socios locales, se está desarrollando una fuerte red de intercambio de experiencias a nivel regional donde la diversificación productiva, la puesta en valor de los productos de identidad del territorio, el fortalecimiento de procesos productivos vinculados a la pesca artesanal, la transformación y comercialización de productos que forman parte de baluartes Slow Food (el Cangrejo Negro de Providencia y la Langosta Espinosa de Banco Chinchorro y Sian Ka’an) y la gastronomía tradicional son los elementos clave.
El proyecto – Slow Fish Caribe: fortaleciendo modelos de conservación y aprovechamiento sustentable en áreas protegidas en el Caribe vinculadas a Slow Food – financiado por la Unión Europea, se enmarca en la iniciativa “EU Biodiversity for Life” de la Unión Europea y está siendo implementado por Slow Food en colaboración con la Fundación Activos Culturales Afro (ACUA) y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (CORALINA) en Colombia, y la Colectividad Razonatura junto con la organización Amigos de Sian Ka’an en México.