Nuestra historia

Slow Food surge en Roma, Italia, en marzo de 1986, cuando la apertura de un restaurante de comida rápida cerca de la Plaza España desencadena una protesta nacional generalizada. Esta llegada simbólica de la homogeneización a un lugar tan rico en historia y cultura convence a Carlo Petrini y a los demás fundadores del movimiento de que ha llegado el momento de actuar, y así nace el movimiento Slow Food.

Slow Food se convierte oficialmente en un movimiento internacional cuando destacadas personalidades de la cultura italiana y representantes de otros 14 países firman en la Ópera Cómica de París el Manifiesto Slow Food «Por la defensa y el derecho al placer».

Nace Slow Food Alemania, la primera asociación nacional fuera de Italia.

La ciudad italiana de Turín acoge la primera edición del Salone del Gusto: una feria internacional bienal dedicada a los pequeños productores de alimentos que elaboran productos de alta calidad que reflejan sus tradiciones culinarias locales. El acto es también la ocasión para el lanzamiento de un proyecto emblemático, el Arca del Gusto, un catálogo mundial de la biodiversidad alimentaria en peligro de extinción debido a la presión del sistema alimentario industrial y la estandarización de las dietas.

La primera edición de Cheese se celebra en Bra (Italia). Esta feria bienal está dedicada al queso de leche cruda y a los productos lácteos, así como a toda la biodiversidad que representan: de las plantas de los pastos a las razas animales que pastan en ellos, y de la vida microbiana de la leche a la diversidad de conocimientos sobre su transformación.

El emblemático programa Baluartes se lanza como una extensión del Arca del Gusto que va aún más lejos para garantizar la supervivencia y el éxito de los productos alimentarios de calidad a pequeña escala. Estas iniciativas de base reúnen a agricultores, pescadores y artesanos alimentarios que producen alimentos locales en peligro de extinción. Estos proyectos marcan la primera incursión del movimiento en el proceso de producción, y ponen en práctica la filosofía de Slow Food sobre agricultura y biodiversidad.

Se celebra en Italia el primer encuentro mundial de comunidades del alimento, Terra Madre, que reúne a 5.000 delegados de 130 países diferentes. Terra Madre es el primer acontecimiento internacional que sitúa a los pequeños productores en el centro de la escena, dando voz a aquellos cuyo enfoque de la producción alimentaria protege el medio ambiente y las comunidades. Terra Madre se convierte así en un trampolín para el trabajo por la justicia social del movimiento Slow Food en todo el mundo.

Slow Food funda la Universidad de Ciencias Gastronómicas, el primer instituto de enseñanza del mundo dedicado por entero al estudio multidisciplinar de la comida y la cultura alimentaria.

Para reflejar la dimensión internacional de Slow Food, se celebra en Puebla, México, el V Congreso Internacional Slow Food. La Declaración de Puebla se ratifica como compromiso de continuar el camino iniciado 18 años antes, y señala cómo ha evolucionado la misión de la organización desde el I Congreso de 1989: habiendo pasado «de la alimentación al suelo, del placer a la justicia, de la calidad a la compra diaria, de la promoción de productos a la igual dignidad de la diversidad cultural».

Se pone en marcha la Alianza de los Cocineros, que cuenta con más de mil miembros en todo el mundo, todos ellos restauradores que defienden la filosofía de Slow Food en sus cocinas, a menudo mediante el uso de ingredientes del Arca del Gusto o de los Baluartes.

Slow Food lanza su iniciativa Jardines en África, que implica a agrónomos y comunidades locales en la promoción de la agroecología a través de huertos alimentarios en escuelas, comunidades y familias. A través de esta iniciativa, Slow Food conoce a Edward Mukiibi, que más tarde ascenderá al cargo de presidente de Slow Food. En los años transcurridos desde su lanzamiento, la iniciativa ha llegado a decenas de miles de personas en más de 20 países africanos.

Slow Food explora el desarrollo de redes que trascienden las fronteras geográficas, con comunidades alimentarias indígenas de todo el mundo reunidas en la primera edición de Indigenous Terra Madre en Jokkmokk, Suecia. El evento pretende inspirar a los participantes para que lideren los esfuerzos por preservar los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas y promover la soberanía alimentaria.

Slow Food alberga un pabellón en la Expo 2015 de Milán (Italia), con exposiciones sobre biodiversidad, huertos, quesos de leche cruda y vino. Como parte de la Expo, del 3 al 6 de octubre el evento «We Feed The Planet«, organizado por Slow Food, reúne a 2.500 jóvenes agricultores de todo el mundo para dar forma al futuro de la alimentación.

Slow Food convence al gobierno italiano para que prohíba el uso de leche en polvo en la producción de quesos: una primicia en Europa. Desde entonces, la Comisión Europea ha presionado a Italia para que elimine la ley, mientras Slow Food sigue haciendo campaña para extenderla a otros países.

El 7º Congreso Internacional de Slow Food, en China, marca el inicio de la renovación radical de la organización, centrada en una mayor inclusividad y en nuevas formas de implicación y participación.

Slow Food publica «A Call To Action«, una hoja de ruta estratégica que sistematiza nuestro trabajo, midiendo y potenciando nuestro impacto para crear un mundo mejor. Para ello, las actividades de la red se articulan en torno a tres pilares de actuación: defender la diversidad biológica y cultural, educar, movilizar e inspirar a los ciudadanos, e influir en las políticas de los sectores público y privado a través de la incidencia política.

El 8º Congreso Internacional Slow Food, celebrado en Italia, ratifica un cambio en la entidad jurídica del movimiento, que pasa de ser una organización basada en la afiliación a una fundación de participantes, abriéndose así a una participación más amplia de particulares y de entidades públicas y privadas. Los representantes internacionales del movimiento eligen una nueva junta directiva. Tras 33 años como Presidente, Carlo Petrini deja el cargo. Le sucede Edward Mukiibi, agrónomo de Uganda.

Slow Food y otros representantes de la iniciativa ciudadana europea (ICE) «Salvemos a las abejas y a los agricultores» han presentado en el Parlamento Europeo sus reivindicaciones ciudadanas para la reducción de los pesticidas. La audiencia marcó el punto álgido de una campaña de dos años que reunió 1,1 millones de firmas en todo el continente.