Carlo Petrini: «Es el tipo de decisión que aleja a los ciudadanos de Europa»
Tras la falta de acuerdo sobre la renovación de la autorización del uso del glifosato el día 9 de noviembre, los Estados miembros han votado hoy: la licencia del uso del glifosato se ha renovado para 5 años más. Para Slow Food esta votación demuestra que muchos gobiernos europeos no respetan el deseo de los ciudadanos europeos de detener el uso de este pesticida en nuestro sistema alimentario y en el medio ambiente en general.
18 Estados miembros han votado a favor (Alemania, Bulgaria, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Hungría, Irlanda, Letonia, Lituania, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, República Checa, Rumania, Suecia,), mientras que 9 Estados han votado en contra (Austria, Bélgica, Chipre, Croacia, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo, Malta) y solo Portugal se ha abstenido.
El hecho de que los gobiernos de la UE no hayan logrado alcanzar un acuerdo a lo largo de varias rondas de votaciones y distintas propuestas debería haber sugerido a los gobiernos de la Comisión y de Europa que esta renovación no es bienvenida, según han dejado claro la sociedad civil y más de un millón de ciudadanos de la UE a través de la Iniciativa Ciudadana Europea.
Una consolación de lo que ha sucedido hoy es que ha habido una gran presión por parte de los ciudadanos y de la organizaciones de la sociedad civil en toda Europa para poner fin al uso del glifosato: de hecho, varias ciudades, condados, estados y países de Europa, así como de todo el mundo, han tomado medidas para restringir o para prohibir el glifosato, ingrediente principal del herbicida Roundup de Monsanto.
Algunos ejemplos: Bélgica ha prohibido el uso individual del glifosato, en Dinamarca, la Agencia Danesa de Protección del Medio Ambiente ha declarado el glifosato como un producto cancerígeno y ha recomendado cambiar a otros químicos menos tóxicos, Francia ha prohibido su venta privada y tiene previsto prohibir el glifosato en el futuro a pesar de la votación de la Unión Europea, en Italia la coalición Stop Glifosato va ganando cada vez más miembros y al mismo tiempo el Ministerio de Sanidad italiano ha introducido varias restricciones en el uso del glifosato, en Alemania algunos comercios minoristas han retirado los herbicidas a base de glifosato como el Roundup de sus estanterías, Malta ha iniciado los procedimientos para prohibir el glifosato en todo el país, los Países bajos han prohibido cualquier uso no comercial del glifosato, en Suiza las cadenas de supermercados Migros y Coop han retirado de la venta los productos que contienen glifosato debido a los riesgos que estos conllevan para la salud.
Carlo Petrini, fundador y presidente de Slow Food International, afirma: «La votación de hoy ha sido una decisión política en contra de los ciudadanos, una decisión que no ha tenido en cuenta la opinión del Parlamento y que solo piensan en los beneficios y no en la sostenibilidad ni en la salud del medio ambiente y de la gente. «Es el tipo de decisión que aleja a los ciudadanos de Europa».
El movimiento público contra el glifosato no se da por vencida. La sociedad civil y los ciudadanos seguirán trabajando para detener el glifosato en un plazo de 5 años, durante el cual seguirán presionando a los gobiernos nacionales para prohibirlo a nivel nacional.
Antecedentes: