La Comisión europea ha solicitado a Italia, con un escrito de requerimiento, la derogación de la ley nacional que prohíbe el uso de leche en polvo, leche concentrada y leche reconstituida para la producción quesera. Italia, según Bruselas, ha de ajustarse a la normativa europea que, sin embargo, contempla esta posibilidad. Según la Comisión la actual ley italiana que prohíbe el uso de sucédaneos de la leche representaría una restricción a la “libre circulación de mercancías”.
Slow Food considera esta imposición no solo equivocada y dañina para la salvaguardia de la biodiversidad, sino que resalta que Italia debería ser un ejemplo a seguir para la producción quesera europea de calidad. Es necesario esforzarse por conseguir una mayor sensibilidad a nivel europeo con el objetivo de uniformar la ley de varios Estados respecto de la italiana.
«Esperamos que el Gobierno italiano defienda esta normativa», comenta Piero Sardo, presidente de la Fundación Slow Food para la Biodiversidad. «Después del chocolate sin manteca de cacao y el vino sin uva, las grandes industrias intentan embestir a otro sector líder de la esfera agroalimentaria italiana según una lógica a la baja. Si la nueva instancia se confirmara el sector lácteo quesero de calidad en Italia, aplastado ya por los precios demasiado bajos y las dificultades de producción para quien opta por los pastos de altura, sufriría un serio revés. Como Slow Food bregamos desde hace años para promover los quesos de leche cruda, las producciones de montaña, las técnicas tradicionales y las razas autóctonas. Nuestro compromiso se remonta a la primera edición de Cheese, en 1997, cuando emprendimos la recogida de firmas a favor de la leche cruda y las enviamos a las instituciones europeas. El próximo septiembre en Bra estarán los mejores productores de Europa para combatir junto a nosotros este último desatino y trabajar a fin de que el ejemplo italiano se extienda a toda Europa».
Slow Food está desde siempre comprometido con la tutela de las producciones queseras tradicionales, artesanales y de calidad: muchos productores se ven obligados a afrontar a diario obstáculos vinculados con la burocracia, los costes de producción y de venta. Es necesario defender estas producciones y combatir la tendencia a la estandarización de las materias primas, de las técnicas, de la proveniencia. Por este motivo es fundamental señalar cuál es el origen de los productos, por ejemplo dedicando una mayor atención a la información en las etiquetas, de forma que los consumidores puedan comprender qué producto tienen ante ellos, escoger conscientemente qué comer y, consecuentemente, qué tipo de agricultura y ganadería apoyar.
La cita para todos aquellos que aman el patrimonio lácteo-quesero europeo de calidad es, así pues, en Bra del 18 al 21 de septiembre con Cheese 2015.