Firma la Declaración Climática de Slow Food
y únete a los miles de personas que atendieron la Conferencia de Slow Food para la Acción climática afirmando que necesitamos un mundo bueno, limpio y justo para afrontar el cambio climático. En concreto, queremos que la comida y la agricultura reciban la consideración adecuada y el lugar que se merecen en las mesas de la COP26.
Tu firma se entregará junto con todas las que podamos recoger a la Presidencia de la COP26 en Glasgow el próximo mes de noviembre.
Hace apenas unos días, el Ártico ha experimentado temperaturas de más de 30 ºC, los rincones más lejanos de Canadá más de 40 ºC y la temperatura más cálida jamás registrada se produjo el mismo mes. Alemania se ha visto afectada por un fenómeno climático violento que ha causado inundaciones graves y devastadoras. Por supuesto, el cambio climático no consiste solo en fenómenos extraordinarios, pero estos son presagios de lo que está por venir.
El cambio climático afecta de un modo desproporcionado a los países del Sur global, a los que viven en la pobreza, a las mujeres y a los pueblos indígenas. En la Conferencia para la acción climática hemos oído muchas de sus voces a las que apoyamos.
La alimentación y la agricultura son uno de los principales impulsores del cambio climático. A nivel mundial, los sistemas alimentarios son responsables de un 60 % de la pérdida de biodiversidad territorial, de alrededor de un 24 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, de aproximadamente un tercio de la degradación del suelo y de una explotación completa de al menos el 90 % de las poblaciones de peces comerciales. Los investigadores predicen que aunque las emisiones de los combustibles fósiles se detuvieran ahora, las emisiones del sistema alimentario mundial harían imposible alcanzar los objetivos internacionales de cambio climático actuales. Afirman que, por sí mismas, las emisiones de producción alimentaria podrían hacer que la temperatura mundial aumentara más de 1,5 grados Celsius a mediados de este siglo y más de 2 grados Celsius a finales de siglo.
No tiene por qué ser así, la alimentación y la agricultura pueden ser parte de la solución en lugar de ser parte del problema. Necesitamos una transición real de la monocultura industrial y de la ganadería masiva a prácticas de agricultura que sean agroecológicas y sostenibles. Los hábitats y las áreas agrícolas deben ser restaurados y deben convertirse en un vector de recuperación de la biodiversidad. Los agricultores deben ser apoyados por los gobiernos y las instituciones en esta transición necesaria cuyo objetivo es alejarnos del alto uso de pesticidas y dirigirnos la agroecología, una práctica basada en la biodiversidad local.
Únete a nosotros, Firma la Declaración Climática de Slow Food. Queremos que la alimentación y la agricultura se mencionen explícitamente en el documento final de la conferencia COP26.
Juntas, nuestras voces no pueden ser ignoradas. ¡Te animamos a firmarlo hoy mismo!