El sistema milpa de Chiapas se convierte en Baluarte Slow Food para salvaguardar el maíz local

El Baluarte pone de relieve y da justo valor a la inestimable riqueza de los conocimientos de las mujeres relacionados con el sistema milpa

Hoy, el sistema milpa de Chiapas se añade a la lista de Baluartes de Slow Food en México. El Baluarte fue creado como parte del proyecto «Slow Yucatán y Chiapas: Fortaleciendo un sistema alimentario bueno, limpio y justo en Yucatán y Chiapas, basado en el modelo de sostenibilidad del movimiento internacional Slow Food», financiado por la W.K. Kellogg Foundation, y opera en cinco municipios del Bloque Central de Chiapas. El Baluarte está promovido por las organizaciones Slow Food, Camadds, Ecosur y Clan Sur (a través de la cual ejecutan las asociaciones Ciserp, Cofemo e Idesmac).

La salvaguarda de una producción local y tradicional como la milpa promueve un sistema agrícola sostenible y al mismo tiempo lucha contra la pérdida de biodiversidad. Cada vez es más frecuente la disponibilidad de productos industrializados provenientes de monocultivos de maíz extranjero, en algunos casos transgénico, (sugiero que se quite esta precisión), lo que genera la pérdida de diversas especies cultivadas y espontáneas de la milpa. La difusión y el fortalecimiento del sistema tradicional de la milpa se han vuelto necesarios para mantener las economías y la salud de los habitantes de Chiapas, sus productos y sabores.

La milpa, la forma tradicional del cultivo del maíz y otras especies alimenticias s nativas en México, ha sido, y en muchos casos sigue siendo, el elemento clave para garantizar la seguridad alimentaria de muchos pueblos indígenas y campesinos. Al cultivar la milpa, mujeres y hombres chiapanecos protegen y transmiten sus conocimientos, fortalecen su identidad, mantienen la fertilidad de los suelos y proporcionan a sus familias alimentos frescos, nutritivos y locales, reduciendo así el consumo de productos industriales y mejorando la biodiversidad agrícola local. El Baluarte está compuesto por 19 productoras del grupo Mujeres y Maíz, 21 productoras de la cooperativa Artesanas de Tostadas de Maíz de Chiapas y 33 agricultoras del Grupo de Acción Local de Mujeres de Mitontic.

El objetivo del Baluarte es aumentar la disponibilidad de maíz local cultivado de forma agroecológica, fortalecer la cadena de producción de tostadas (producto simbólico de la gastronomía chiapaneca vinculado al cultivo de la milpa), hacer visible el papel y el conocimiento de las mujeres productoras y concienciar a la sociedad sobre la importancia de apoyar estos procesos.

Las productoras del Baluarte llevarán sus tostadas al Primer Congreso Mexicano de Agroecología que se realizará entre el 12 al 17 de mayo en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

«La creación del Baluarte de sistema milpa entrelaza historia, cultura y trabajo de las mujeres en Chiapas alrededor de la milpa y sus cultivos. Pone en el centro a las mujeres quienes reproducen y sostienen la base del sistema alimentario chiapaneco y mesoamericano» indica Yolotzin Bravo, coordinadora de Slow Food para el proyecto en Chiapas. «Para las comunidades representa un ejemplo de revaloración de sus alimentos y toma de consciencia y para las mujeres el reconocimiento que este proceso genera refuerza su voz y toma de decisiones. El Baluarte impulsa la organización y la cohesión entre las propias mujeres y sus familias, genera identidad».

El Baluarte prevé  para el municipio de Mitontic la creación de un grupo de Guardianas de semillas y un banco de semillas para la preservación del maíz local, gracias a la colaboración y ejecución de la organización Clan Sur (Ciserp, Cofemo e Idesmac),  quienes desde hace más de 6 años han impulsado procesos formativos con las mujeres en diversos temas, incluyendo la conservación, el procesamiento y la promoción del uso del maíz nativo a través del sistema milpa en cumplimiento a los Acuerdos de Colaboración para la Gestión Territorial y a los Acuerdos para la Restitución de los Derechos de las Mujeres, desde y con una perspectiva territorial y de género. En este sentido, se está construyendo una «Casa de maíz», que servirá como lugar de encuentro, formación y almacenamiento de semillas. «Para el proyecto «Casa de maíz», se pensó en una planta arquitectónica que sea versátil en cuanto a los diferentes usos y actividades que se puedan realizar dentro y fuera del inmueble —afirma Yaneli Cruz Guillén, referente de Clan Sur—. Además, la construcción retoma una técnica llamada “bajaraque” (una estructura de madera con entretejidos de ramas, con repello con arcilla de la región, arena, juncia y estiércol de caballo; y un repello pulido con terminación de arcilla, arena y aceite de linaza). La planta arquitectónica se proyecta con una cocina que contiene un fogón de bajo consumo que servirá para realizar diferentes guisos cuando tengan que estar en esta construcción y convivir como grupo, contiene una pieza que está pensada para ocuparse como bodega de almacenamiento para maíz. Igualmente, en el interior del inmueble podemos acceder a un salón “común”, en donde se pueden desarrollar acciones diversas como juntas, reuniones, capacitaciones, talleres, y otras prácticas que se requieran». Esta casa será resguarda por las mujeres del municipio de Mitontic.

Otro objetivo del Baluarte es fortalecer la producción de tostadas, aumentando la producción, mejorando y estandarizando en una cierta medida el proceso de producción y construyendo nuevos mercados para este producto. «Las tostadas de maíz son uno de los muchos productos alimenticios tradicionales que se elaboran en Chiapas y que tienen como base al maíz nativo que se ha cultivado por generaciones. La presentación de las tostadas de maíz como Baluarte puede significar una oportunidad para comercializar los productos de la milpa con mejores precios para las mujeres que transforman el maíz y para los campesinos que lo producen», afirma Blanca Díaz, referente de Ecosur. «En ese sentido, refuerza la intención de reconocer y proyectar el trabajo de las mujeres, largamente invisibilizado, desde una escala local hasta otra mundial. Además, las mujeres que trabajan las tostadas contribuyen a crear puentes entre la ciudad y el campo, un asunto fundamental para el sostenimiento económico regional», añade Luz del Carmen Silva, referente de CAMADDS.

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