Visionarios de todo el mundo, uníos y venid a formar parte de Slow Food

20 Jun 2019

Chiusi explica el programa del movimiento político con vistas al Congreso Internacional que se celebrará en 2020 y el próximo evento Terra Madre en Turín.

Son los pilares de la producción global de alimentos y aseguran el 75% de la producción de alimentos en todo el mundo; aún así, se encuentran divididos, sin una unión o una organización que los represente; la política no los considera sujetos activos. Nos referimos a los 500 millones de personas implicadas en la agricultura familiar, a quienes la FAO les ha atribuido un papel clave en la lucha contra el hambre y la protección del medio ambiente, actualmente amenazado por un poderoso avance del modelo económico que, dada su tendencia a la homogeneización, pone en riesgo su subsistencia.

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Ambiental, social y económico: estos son los tres niveles sobre los que nuestros proyectos pueden tener un pacto en las áreas y comunidades locales involucradas. A veces, podemos cambiar la vida de las familias. Como miembros de Slow Food, esto es lo que nos hace sentir más orgullosos. Edie Mukiibi, uno de los líderes africanos de Slow Food.

Slow Food lleva más de 30 años trabajando para fomentar el derecho al alimento bueno, limpio y justo, y los proyectos cuyo objetivo era consolidar la biodiversidad alimenticia; durante este tiempo ha mostrado una visión de futuro involucrando a algunos de los productores más virtuosos, apoyándolos con sus Baluartes, el Arca del Gusto, Terra Madre y sus redes entre los miembros y la Alianza de Cocineros.

Aún así, nos encontramos en una encrucijada en la que queda mucho por hacer. Tenemos poco más de diez años para tomar medidas en contra del sistema alimenticio que confunde la comida con una simple mercancía y se olvida de las necesidades de los individuos –un sistema que nos está llevando a la destrucción de nuestra genética y nuestra herencia cultural. Esta es la promesa que han hecho más de 90 delegados de 32 países, quienes se han reunido en Chiusi durante los últimos días para celebrar el Consejo Internacional de Slow Food, una reunión anual cuyo objetivo es elaborar las políticas de la asociación para el futuro.

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Slow Food es el único movimiento que subraya la importancia del sistema alimenticio para la construcción de un futuro con alimentos sostenibles, por ello crea alianzas con otros productores del mundo que se basan en la fraternidad y el intercambio. Susan Drion, Red de Jóvenes de Slow Food, Países Bajos

«Hemos de empezar defendiendo la biodiversidad de manera tenaz, es nuestra obligación consolidarla no por razones relacionadas con el fetichismo alimenticio sino porque representa a las comunidades, a millones de hombres y mujeres así como su trabajo, es más, representa su modo de vida. Nos hemos puesto de su lado con nuestros proyectos: el Arca del Gusto es el trabajo más grandioso de naturaleza y, lejos de ser algo arqueológico, se trata de un patrimonio vivo que muestra los numerosos y diferentes intereses de los agricultores, pescadores, asociaciones y artesanos en las áreas locales. Tenemos que continuar acogiendo esta biodiversidad para conocerla, defenderla y hablar de ella a aquellos que se alimentan de ella sin saber siquiera lo que eso significa. Tenemos que poner en práctica mecanismos políticos para hacer que se convierta en un paradigma económico.» Así se dirigió Carlo Petrini, presidente de Slow Food, a los consejeros cuando abrió el camino al Congreso Internacional de 2020 y el próximo evento de Terra Madre.

Añadió que: «Terra Madre 2020 supondrá un gran cambio si consigue atraer a los visionarios del mundo y asegurar que no hay una única religión basada en el neoliberalismo y un crecimiento ilimitado, además de atraer la atención hacia una economía alternativa que da voz a las comunidades, a las áreas locales y el bien común para que se les escuche. Solo de esta manera podremos establecer dicho encuentro como una alternativa a Davos. Esta ciudad suiza defiende una visión neoliberal; mientras que Turín acoge la idea de un mundo diferente, un mundo que puede crecer haciéndose más fuerte y cambiando los paradigmas de una economía política destructiva que actualmente está agotando nuestros bienes comunes.»

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He traído a Chiusi el mensaje de la red de Slow Food Andes para escribir la historia del futuro del movimiento Slow Food en todo el mundo, permaneciendo siempre firmemente arraigados a nuestra cultura local. Esteban Tapia, cocinero y profesor en la Universidad de San Francisco de Quito, consejero nacional para las redes de Slow Food Ecuador y Andes.

«Gracias a nuestra nueva estructura, basada en la apertura y el intercambio entre las Comunidades Slow Food que están surgiendo en todo el mundo, ahora tenemos una gran oportunidad para llegar a todos ellos. Tenemos que mirar a la Universidad de Ciencias Gastronómicas, de donde cada año salen 600 líderes para el futuro que van a representar Slow Food en sus propios países. Gracias a ellos, ahora podemos implicar a jóvenes de la Generación Z en su compromiso con las políticas ambientales. También podemos intentar ser un poco más digitales y menos analógicos, pero sin dejar que la decadencia política dictada por una comunicación perversa nos arrolle» concluyó Petrini.

 

 

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