Una cría de animales diferente en Europa es posible (y existe)
26 Abr 2021

Durante los últimos 70 años, la ganadería industrial ha contaminado el agua, empobrecido los suelos, dañado la biodiversidad, destruido bosques y ha hecho sufrir a los animales; todo ello para producir carne y leche (y casi siempre de mala calidad). Hoy, el precio a pagar en el ámbito social y ambiental es muy alto.

No obstante, existen numerosos ganaderos agrícolas a pequeña escala en toda Europa que le han dado la espalda a la producción industrial de carne y que han desarrollado alternativas respetuosas con la naturaleza para criar a sus animales. Les permiten vivir en el exterior y pastar allí, generando así menos emisiones que las granjas industriales y compensando las que producen plantando árboles o dejando que los prados naturales que contribuyen al almacenamiento del carbón en el suelo crezcan sin ser alterados. En estas granjas extensivas, los animales viven más años, no son mutilados, no suelen ponerse enfermos y, sobre todo, tienen la libertad de vivir según sus necesidades naturales, sin padecer un sufrimiento y un estrés innecesarios.
Palabras de un Precursor de la Producción de Carne Bovina basada en los Pastos
Jacopo Goracci, el coordinador del Baluarte de Slow Food Razza Maremmana en la Toscana, Italia, es uno de los guardianes de la naturaleza y la biodiversidad. En un rincón recóndito de la Maremma toscana cría cerdos y vacas en llanuras y bosques mediterráneos. «Creo que un granjero que quiera crear una granja vinculada al territorio debe basar su elección de especies y razas en el ecosistema presente en su granja. En nuestro caso, más del 70% de nuestro medio está formado por bosques […] y el ganado local estaba totalmente acostumbrado a vivir en bosques, lo cual nos ayudó en nuestra intervención. Necesitábamos animales independientes que supieran buscar el mejor entorno en la biodiversidad que tenían a su disposición, que supieran pastar y que no tuvieran problemas para desplazarse unos kilómetros en busca de agua y comida, que tuvieran un instinto maternal fuerte, etc. La raza fuerte Maremmana “Grossetana” fue una apuesta ganadora», comenta Jacopo.
El año pasado, el Focus Group de la EIP-AGRI[1] sobre la producción sostenible de carne bovina, establecido por la Comisión Europea, hizo un llamado a expertos, investigadores, granjeros y ONGs para recabar información sobre cómo ayudar al sector de la carne bovina basada en el pasto[2] con el objetivo de enfrentarse a los retos actuales y ser más sostenibles en el ámbito económico, ambiental y social. Jacopo Goracci se presentó y fue elegido para formar parte de un focus group. El mes pasado se publicó su informe final y aprovechamos la oportunidad para hacerle unas preguntas a este granjero apasionado que está comprometido de manera activa con la transición hacia una cría sostenible.

Jacopo Goracci
En tu opinión, ¿cuáles son los elementos clave para una transición hacia una cría de animales sostenible?
Creo que restablecer el contacto con la tierra, ese vínculo entre el animal y el ecosistema en el que se cría, es la base fundamental para el cambio hacia un sistema sostenible. Todo comienza en la tierra (incluso en las granjas más intensivas hay que cultivar el pienso utilizando la tierra).
Otro elemento clave para la transición sería restaurar el vínculo entre los productores y los consumidores de carne. La cría intensiva ha eliminado, incluso visualmente, el proceso de producción de carne (que se lleva a cabo, principalmente, dentro de las granjas industriales), afirmando que esto es para mantener un microclima óptimo para sus animales, cuando en realidad es porque son razas frágiles diseñadas para prácticas intensivas y solamente pueden sobrevivir en condiciones artificiales. El resultado es una separación total de los animales y la naturaleza. Es importante reintroducirlos en el ciclo de la naturaleza y complementarlos con lo que esta no les pueda dar.
«Un granjero que quiera crear una granja vinculada al territorio debe basar su elección de especies y razas en el ecosistema —o ecosistemas— presente en su granja.»
Las complejas interacciones entre los animales y sus agroecosistemas deben estudiarse cuidadosamente. Hay que pensar con detenimiento cómo se les va a reintroducir en la naturaleza, no podemos soltarlos directamente a ver qué pasa. Además, necesitaremos colaboradores, técnicos, asesores; no podemos hacer todo solos y, además, tendremos que ser muy pacientes porque la transición a la agrosilvicultura lleva años.

©Manfredo Pinzauti, Slow Food Presidium Razza Maremmana, Tuscany, Italy
Por último, me gustaría añadir que toda la cadena alimentaria tiene que ser coherente: desde la naturaleza y la tierra hasta el matadero. Lo ideal sería que los granjeros no externalicen ninguno de los pasos fundamentales, por el bien de los animales y la calidad de la carne. Por ejemplo, nosotros estamos trabajando para que la matanza tenga lugar en la granja, lo cual no es muy complicado dada la legislación actual y, si se pusiera en práctica, reduciría considerablemente el sufrimiento animal.
¿Qué puede hacer la UE para apoyar la transición hacia una producción sostenible de carne?
Siempre se puede hacer más, pero la Unión Europea está haciendo mucho. Nosotros, como granjeros, muchas veces somos incapaces de explotar todo el potencial de las iniciativas apoyadas por la Unión Europea. Es cierto que lleva mucho tiempo, pero a cambio tendremos recursos, conocimientos, apoyo de una comunidad y una mayor información que nos ayudará a entender el impacto de nuestras acciones en cuanto al bienestar animal, la absorción de dióxido de carbono, etc.
«Es crucial poder explicar a los consumidores de una manera simple la diferencia entre la cría sostenible y la convencional»
La UE debe apoyar la transición para mejorar la producción (y el consumo) de la carne, y esta transición debe fomentarse ante los consumidores. El mercado libre no sabe de ética, pero el consumidor sí. Podemos ver que el consumo también está tomando un rumbo hacia productos y alimentos más sostenibles; si le mostramos esto a los productores, podría ser un gran impulso cuando vean el potencial económico. No todo el mundo tiene que «ser verde», pero quizás el cambio en los hábitos de consumo y el aumento de la demanda de productos sostenibles podría llevar a otros granjeros en esa dirección. Es crucial poder explicar a los consumidores de una manera simple la diferencia entre la cría sostenible y la convencional, así como animarlos a pagar el precio justo por su carne —un precio que premie a aquellos que producen de manera sostenible una carne buena y saludable. El consumidor puede ejercer presión en el mercado que, a su vez, puede crear oportunidades económicas para que los agricultores consigan esa transición hacia una producción sostenible de carne.

©Enrico Genovesi, Slow Food Presidium Razza Maremmana, Tuscany, Italy
Conclusiones clave del Informe
En estas conclusiones, el informe del Focus Group de la EIP-Agri sobre la producción sostenible de carne de vacuno nos da una imagen realista pero esperanzadora del presente y el futuro de este sector en Europa. Los autores subrayan los beneficios sociales de los sistemas de producción de carne basados en el pasto, como la calidad del agua, la conservación de la biodiversidad, la retención de carbono y el mantenimiento de las principales áreas rurales. Aún así, su rentabilidad económica es baja, y la presencia de este tipo de productos en los principales mercados es escasa. En resumen, el informe anima a las autoridades a todos los niveles a desarrollar su cadena de suministro a nivel local, a concienciar sobre la calidad de la carne de vacuno sostenible, a apoyar a los jóvenes granjeros para asegurar el traspaso de conocimientos y para fortalecer los sistemas actuales de certificación y etiquetado que son específicos para la carne basada en los pastos, a la vez que se previene el «ecoblanqueo» y la desinformación de los consumidores. Por último, el autor recomienda hacer un cambio en la evaluación de la sostenibilidad para mejorar los sistemas de apoyo financiero, teniendo en cuenta los numerosos servicios ambientales y bienes públicos que proporcionan los sistemas de producción de carne en lugar de centrarse únicamente en la producción por animal, con el objetivo de comprender los múltiples valores que hay más allá de la «simple» producción de carne. «La buena noticia es que es posible lidiar con los aspectos negativos y alcanzar una sostenibilidad a largo plazo», concluye el informe.
Gracias a su amplia red por toda Europa, Slow Food también ha podido ver la necesidad de la UE de mostrar a los granjeros cómo acceder a todas las oportunidades y herramientas que tienen disponibles. Hay un número considerable de granjeros que no es consciente de lo que la UE puede hacer para ayudarles a aprender e invertir en mejoras, y a menudo no reciben suficiente ayuda de sus autoridades locales que se pierden navegando por la burocracia europea.

Limpurg cattle breed
¡La lucha por la carne Slow continúa!
Como organización que lleva años trabajando con el consumo de carne y bienestar animal, Slow Food espera que la participación de Jacopo en el Focus Group de la EIP-Agri ayude a hacer que la filosofía de la carne Slow se convierta en un principio básico para el desarrollo de políticas en la cría de animales.
También creemos que otro paso muy importante para conseguir una cría de animales más sostenible sería poner fin al uso de las jaulas. Por lo tanto, junto con XXX y otras organizaciones de sociedad civil, hemos firmado una carta abierta (link) para recordar a las instituciones de la UE que 1,4 millones de ciudadanos europeos firmaron la Iniciativa Ciudadana Europea «End the Cage Age» con el objetivo de acabar con esta práctica.
Puedes volver a ver el foro de Terra Madre sobre este movimiento Slow Meat, que reunió a granjeros de todo el mundo, unidos por el deseo de intercambiar experiencias, aprender, compartir puntos de vista y demostrar que es posible llevar a cabo una cría sostenible.
Para más información sobre la carne sostenible, visita la página web sobre la campaña Slow Meat. Slow Food empezó esta campaña para sensibilizar sobre unos hábitos de consumo mejores, más limpios y más justos, para potenciar la reducción del consumo de carne industrial y para fomentar el trabajo de los pequeños y medianos productores que respetan el bienestar animal. Slow Food ha introducido también granjas de ganadería sostenible que siguen unas estrictas reglas de producción e informan a los consumidores de que si compran carne procedente de estas granjas estarán contribuyendo a la preservación de la biodiversidad y el bienestar animal. La campaña también utiliza historias reales para crear un vínculo directo con los consumidores.
[1] Los Focus Groups son grupos temporales formados por expertos que se centran en un tema específico, compartiendo conocimientos y experiencias. Cada grupo explora soluciones prácticas e innovadoras, oportunidades en el campo y se basa en experiencias que proceden de proyectos relacionados.
[2] «carne de res que se produce siguiendo los principios agroecológicos de sostenibilidad ambiental, económica y social; y ganado que se alimenta principalmente de pastos donde se dan las condiciones adecuadas en la tierra y el clima.»
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