Tres consejos para la compra de vinos en el supermercado

19 Oct 2015

ChoosingWine610343Algunos consejos sobre cómo navegar por la ruta de los anaqueles en torno a las marcas italianas …

Permítanme comenzar diciendo que jamás se debería comprar vino en un supermercado o en un establecimiento de venta de licores gigante. La selección en los anaqueles puede parecer abundante, pero se trata de una falsa abundancia, basada en una oferta de vinos cuyas únicas cualidades son sus baratos precios y acaso una bella etiqueta.

Si tienes la fortuna de vivir en un país productor de vinos, acude a las fuentes directamente: visita bodegas de su zona, habla con los productores y compra los vinos que más te agraden. También te sugiero que consultes la Slow Wine guide de Slow Food y compres online.

La siguiente mejor opción es contactar con un vendedor de vinos local. Busca una pequeña tienda de vinos, acude a ella con frecuencia, consigue conocer al minorista y hazle saber tus gustos y preferencias para que él pueda ayudarte en tus decisiones.

Si ninguna de estas opciones fuere posible, por razones que solo tú conoces, es de suponer que la única restante es ir a un supermercado o a una cadena de tiendas de licores.

Y basta ya de cháchara.

De forma que ahora estás necesitado. Te encuentras frente a un anaquel de 50 metros de longitud y tu vino favorito no está en él. Antes de que tires la toalla y pases a la sección de los jugos de fruta, respira profundamente y sigue estos sencillos consejos.

  1. Precio

Bottles-of-cheap-red-wine-011No compres un vino que cueste menos de 9 dólares USA o 7 libras UK. Es prácticamente imposible que una botella de 750 ml cueste menos y aun así el vino sea bueno o haya sido elaborado con unos niveles mínimos de calidad.

Hagamos un cálculo rápido en el caso de una gran bodega italiana. Por debajo de 1 euro por kilo de uvas (cantidad necesaria para producir una botella de vino), es difícil que la bodega haya podido comprar uvas cultivadas con unos mínimos criterios de atención en los viñedos. Añade otro euro para cubrir los costes de producción (cava, maquinaria, electricidad, mano de obra, etcétera) y 50 céntimos por la botella, etiqueta y corcho. Hemos alcanzado los 2,50 euros. Añade algo de margen para el minorista y productor, el distribuidor de marcas y un IVA que puede alcanzar el 22%.

Por un precio inferior a los 9$/7£ vas a obtener un vino que ha reducido costes en alguna de estas áreas. ¿Adivinas cuál? En mi opinión, sin duda es en la compra de uvas (o más probablemente, en vinos preelaborados).

¿Cómo es posible? Es fácil si explotas a agricultores y viticultores desesperados. Las compañías bodegueras se acercan un mes antes de la cosecha, cuando los productores han de vaciar las tinas para las nuevas necesidades, y dicen: “Bueno, te vamos a hacer un favor y nos llevamos este vino, pero vamos a decidir el precio.”

  1. Busca el «Embotellado por» o «Producido y embotellado por» en la etiqueta

Esto significa que ha sido producido y embotellado en la bodega. Resulta muy útil, pues nos indica que es resultado de una cadena de producción controlada por una sola bodega: las uvas, el vino y el embotellado están en manos de un solo productor y no han sido vendidos a terceros que después los han embotellado. En general puedes suponer que el vino es probablemente algo mejor, porque quien cultiva las uvas, las vinifica y luego imprime su nombre en la botella desea seguramente causar una buena impresión.

  1. Opta por una DOC (denominación de origen controlada) o DOCG (denominación de origen controlada y garantizada), seguida por una IGT (indicación geográfica típica)

Estas etiquetas de garantía de calidad requieren que el vino haya sido elaborado en la región específica utilizando unos métodos definidos. Aunque, por supuesto, existen algunas excepciones -algunos vinos excelentes se elaboran fuera de denominaciones- esta es una buena regla de oro para comprar en el supermercado. Significa que sabes al menos de dónde proceden las uvas y, normalmente, en los DOCs y DOCGs la calidad del fruto es algo más alta.

No obstante, presta atención a que el vino haya sido embotellado en la zona DOC/DOCG, ya que, lamentablemente, en este apartado existen muchas excepciones. Por ejemplo, la DOC Sicilia externaliza su embotellado incluso a otras regiones. Si ves que el Nero d’Avola de esa botella con la bella etiqueta que sostienes en tu mano, ha sido embotellado en Verona, Cuneo o Asti, reubícala suavemente en el anaquel y corre. En el caso de un vino IGT, por otra parte, el 15% del contenido de la botella puede corresponder a un vino comprado en otras regiones –no es exactamente un signo de gran cuidado y trazabilidad.

Estos son mis consejos. Te sugiero que utilices los tres a un mismo tiempo, porque uno por sí solo no garantiza mucho. Si ese vino que estás considerando cumple con los tres requisitos existe la posibilidad de que no te defraude.

Giancarlo Gariglio es editor jefe del Slow Wine Magazine y de la Slow Wine guide

 

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