Desde Kenia: el Baluarte Slow Food de la miel Ogiek

10 Sep 2021

Los ogiek son un pueblo indígena que vive alrededor del bosque de Mau en el lado suroeste del Valle del Rift de Kenia y en los bosques alrededor del monte Elgon, en la frontera noroeste de Kenia con Uganda. Todo el sistema de creencias y medios de vida de los ogiek gira en torno al bosque y a sus recursos; la miel es el producto más importante que representa el principal alimento de las familias ogiek. La miel siempre ha tenido un papel clave en diversas prácticas culturales de los ogiek, se usa para comerciar con las comunidades vecinas y también para pagar la dote. Antiguamente, la miel ogiek era tan apreciada que solo la podían manejar algunas personas. Las bebidas fermentadas tradicionales también se elaboran a partir de miel cruda pura. Esta bebida se usa durante eventos sociales y ceremonias de iniciación.

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© rootsofafrika.co

Los ogiek cuelgan colmenas tradicionales de los árboles altos del bosque que los hombres trepan usando enredaderas o con sus propias manos; mientras tanto se quema musgo seco para ahumar las colmenas antes de cosechar la miel. Esta técnica muestra la gran conexión y simbiosis que los ogiek han establecido tanto con la miel como con el bosque. En efecto, el Baluarte de Slow Food miel ogiek fue impulsado en 2015 para proteger el ecosistema de bosque de Mau, para concienciar sobre los retos que están afrontando tanto este bosque como su pueblo y para promover el valor de la cultura ancestral del pueblo ogiek a través de la miel. El Baluarte lo administra la cooperativa MACODEV (Mariashoni Community Development), una organización comunitaria ogiek que reúne a 12 grupos de apicultores.

Dentro del marco del proyecto de Slow Food financiado por el FIDA, el Baluarte ha trabajado muy activamente para mejorar la cadena de valor de la miel desde 2018, (para establecer volúmenes de producción, diferenciar distintos tipos de miel, envasar y comercializar). También se ha trabajado mucho en la participación de jóvenes y mujeres en el mismo Baluarte y en involucrar redes más amplias de Slow Food e Indigenous Terra Madre.

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Es importante mencionar que se impulsó una iniciativa piloto de Sistemas Participativos de Garantía (SPG) para incrementar la trazabilidad y el nivel de garantía de este Baluarte indígena según los estándares de Slow Food (productos buenos, de producción limpia y justa) con el objetivo de promover la apicultura como una práctica tradicional de los pueblos indígenas que puede proveer una opción económica alternativa para los jóvenes indígenas. Lo objetivos del SPG eran fortalecer la comunidad ogiek, conservar y promover las técnicas tradicionales indígenas, garantizar el proceso de producción de la miel de gran calidad, abastecer al mercado con miel de alta calidad garantizada y conservar el medio ambiente y el bosque en concreto.

Conversamos con Clare Rono, tesorera de MACODEV y del Baluarte miel ogiek, sobre el proyecto de Slow Food financiado por el FIDA.

¿Cómo era tu comunidad hace 10 o 20 años?

La comunidad ogiek vivía de un modo muy diferente hace 20 años en comparación con la época actual. El pueblo ogiek disfrutaba de un modo de vida único dentro del bosque, en casas tradicionales, protegiendo al mismo bosque. Podríamos referirnos a ellos como los «apicultores y protectores del bosque de Mau». Cada miembro de la comunidad practicaba la apicultura; las familias recogían miel para ellas mismas y la intercambiaban por otros productos de las comunidades vecinas como «el pueblo masái» (intercambiábamos miel por animales como ganado, ovejas y cabras). Mi gente construía grandes colmenas tradicionales y la recolección de miel era considerada como una actividad de los hombres. La miel era un alimento básico y tenía un gran valor simbólico para nosotros. También usábamos miel para elaborar cerveza tradicional (rotiikaap gomeek). La carne era otra fuente de alimentación tradicional para nosotros. Cazábamos y atrapábamos animales salvajes, por ejemplo, hyrax y antílopes, utilizando herramientas como garrotes, lanzas, arcos y flechas. El padre era la cabeza de la familia y se ocupaba de todas las decisiones importantes relacionadas con la familia. La madre asumía la autoridad en ausencia del padre. Por otro lado, el deber del hombre era proporcionar alimento, liderazgo, proteger a la familia y enseñar a los niños los deberes específicos de los hombres en nuestra sociedad, como la caza y la apicultura, entre otros. El lugar de la mujer era el hogar. Su deber era criar a los hijos y cuidar de la casa, lo que implicaba recoger leña, ir a buscar agua y cocinar la comida que su marido llevaba a casa. Por otro lado, las mujeres llevaban las tradicionales colmenas de troncos al bosque y se llevaban la miel recolectada a casa y también hacían bolsas de cuero para recolectar miel de las colmenas. Pocas personas de mi comunidad iban a la escuela anteriormente, e iban menos chicas que chicos. Las chicas se casaban jóvenes, en general cuando tenían 14 años. Creíamos en un ser supremo (Tororet) y le ofrecíamos plegarias para que nos ayudara y nos diera buena suerte. Por eso no había iglesias en el bosque, solo cuevas donde solíamos celebrar rituales.

¿Recuerdas alguna anécdota divertida que sucediera durante una actividad del proyecto?

Una historia divertida que llamó la atención durante las actividades del proyecto del FIDA se celebró durante el taller y evento público «Moldeemos el futuro de la alimentación en África». Clare recuerda que algunos jóvenes indígenas participantes de la República Democrática del Congo y otros preguntaron mucho sobre la «comunidad ogiek» durante la noche de narración de historias y las visitas de campo. Dado que era la primera vez que conocían al pueblo ogiek, se sorprendieron al ver que los ogieks se vestían como cualquier otra persona. Algunos esperaban encontrarse con personas peludas que solo llevaban pieles de animales y sandalias, o que ni siquiera una persona pudiera hablar inglés o supiera sostener cubiertos, como tenedores, cucharas y cuchillos mientras comía. «Otros pensaban que solo comíamos miel y carne… ¡ja, ja, ja!», explicó Clare entre risas. Añadió: «Se debe saber que en 2020, la comunidad ogiek consiguió la primera abogada ogiek de la historia: Caroline Tegeret». En conclusión, quedó claro que a pesar de que el pueblo ogiek se adhiere a sus tradiciones, son como el resto de personas; algunas cosas, como vestirse, han cambiado, y la educación ahora forma parte de ellos.

¿Cuál es el cambio o cambios más importantes para la comunidad que ha traído este proyecto?

Se han producido muchos cambios gracias al proyecto FIDA. Aunque el SPG (Sistema Participativo de Garantía) de Slow Food aún no es oficial, durante el ejercicio de recopilación de datos, las personas que no eran miembros escucharon las preguntas y respuestas y se interesaron, algunos incluso se unieron a los grupos cercanos, finalmente. Esto demostró claramente que, cuando se establezca un SPG, el Baluarte se fortalecerá, MACODEV ganará reputación y su imagen mejorará, convirtiéndolo en un impulsor de generación de ingresos más atractivo dentro de la comunidad. En segundo lugar, el número de grupos y miembros, especialmente mujeres y jóvenes, también aumentó, gracias al Baluarte miel ogiek. Esto se logró a través de la movilización de MACODEV y a que los nuevos miembros estaban concienciados de que ser un grupo es clave (los miembros de los grupos se benefician más que los que no están en grupos).

Tener más grupos y miembros también significa una CBO (una organización basada en la comunidad) más fuerte y, con el tiempo, la calidad de la miel también mejorará, por lo tanto, habrá más ventas. La comunidad ha experimentado un empoderamiento económico, especialmente con la participación de jóvenes y mujeres. Este proceso se desarrolló y finalmente se internalizó a través de capacitaciones, intercambios y eventos / talleres preparados y organizados por Slow Food Kenia. En tercer lugar, las mujeres tienen un acceso más fácil a las colmenas modernas, que ahora se ubican en las granjas donde el control y la gestión son más fáciles. Parece que los tabúes sobre las mujeres que cosechan en colmenas modernas son menos opresivos ahora y eso ha abierto el camino para que las mujeres se aventuren más en la apicultura. Además, las actividades de desarrollo de capacidades, llevadas a cabo por Slow Food y a través de Baraka Agricultural College, abordaron diversos aspectos del manejo de las colmenas, incluidas técnicas modernas de construcción de colmenas para 8 apicultores jóvenes de ogiek.

¿Cuál es la actividad que representó mejor este proceso?

La actividad o actividades que más representaron este proceso incluyen el proyecto piloto de un SPG (Sistema Participativo de Garantía) de Slow Food. Aunque este no estaba oficialmente listo para ser utilizado por el Baluarte miel ogiek, todo el mundo apreció mucho el proyecto desde su punto de vista. «El SPG representa un paso clave en esta dirección y empodera a la Cooperativa haciendo que esté mejor equipada para abordar los desafíos del mercado».

Los miembros eran conscientes de que existe un mercado creciente para la miel orgánica y que «el SGP garantiza que se sigan y cumplan los estándares, que todos los pasos de producción se lleven a cabo en condiciones limpias y que se utilicen los envases adecuados». El SPG, en su opinión, hará que la miel sea más «segura» y que esté más reconocida por los consumidores. Si se establece un SPG, se reforzará la credibilidad del Baluarte y MACODEV y mejorará su reputación, de modo que ganará atractivo como motor para generar ingresos en la comunidad. Además, la planificación de formaciones, visitas de intercambio y eventos como «Moldeemos la comida de África» también representaron bien este proceso, y la gente estuvo contenta de formar parte del equipo mostrando sus tradiciones gastronómicas, cantando y bailando. Disfrutaron trabajando en red e intercambiando conocimientos con todos los demás participantes.

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© Archivio Slow Food

¿Cómo crees que seguirá la comunidad a partir de ahora?

Es probable que la comunidad continúe bien con el proyecto incluso ahora que este proyecto de Slow Food financiado por el FIDA está terminando. El Baluarte miel ogiek continuará siguiendo las pautas y reglas de los SPG de Slow Food y llevará a cabo actividades de SGP, según lo que nos han enseñado y sugerido los expertos de SPG, para seguir mejorando la producción de miel. La comunidad continuará involucrando a las mujeres y a la juventud para asegurarse la sostenibilidad del proyecto. Se reclutarán más miembros y grupos para producir más miel y de mejor calidad que ofrezca al mercado suficiente cantidad. Por último, la comunidad no se olvidará de mantener el bosque de Mau, porque es la única fuente de subsistencia y de recursos.

¿La COVID-19 ha tenido un impacto en las actividades de este proyecto? ¿Cómo os habéis organizado ofrecer una respuesta?

La COVID-19 ha tenido tanto impactos positivos como negativos para la comunidad ogiek. El único impacto positivo de la pandemia es que se compró y consumió más miel tanto cruda como refinada. El motivo de este aumento es que mucha gente pensó que la miel natural podía ser una buena alternativa para las medicinas antivirales para el tratamiento de algunas infecciones virales. Los efectos negativos incluyeron restricciones en las reuniones y encuentros, y esto supuso que las reuniones mensuales no se pudieran celebrar del mismo modo que antes. También sucedieron cosas poco frecuentes: los ogiek fueron desahuciados de sus casas durante la emergencia de la COVID-19. Fue complicado e imposible tener en cuenta las directrices del gobierno para la COVID-19 durante los desahucios.

Los desahucios se llevaron a cabo sin aviso previo, usando la fuerza excesiva y sin respetar la constitución de Kenia ni la Ley de la Tierra de 2012 (modificada en 2016). Las familias experimentaron una reducción drástica en los ingresos debido a retos del mercado y restricciones de movimiento. Slow Food, junto con otras veinte organizaciones de la sociedad civil, envió una carta de declaración al señor Keriako Tobiko (Secretario de Gabinete del Ministerio de Medio ambiente y bosques de Kenia) en solidaridad con la comunidad ogiek, para detener de inmediato los continuos desahucios forzosos de la comunidad ogiek en Kenia. El objetivo de la iniciativa también era llamar la atención del público internacional sobre una situación que estaba dejando desamparados a los pueblos indígenas. Juntos fueron capaces de transmitir un potente mensaje. Gracias a Slow Food International, junto con AEF (Fondo de Agroecología) y el FIDA, se organizó una campaña de recaudación de fondos para apoyar a los ogiek en términos de alimentos y de Equipos de Protección Individual (EPI) para enfrentar la pandemia de la COVID-19 y tener un lugar para dormir.

¿Cómo te sientes dentro de la red Slow Food? ¿Qué te gustaría que hiciéramos juntos en el futuro?

Me llamo Clare Rono, soy una joven ogiek y una de las responsables del Baluarte miel ogiek. Siempre me siento llena de energía y considero que Slow Food es uno de nuestros mejores amigos. Nosotros somos Slow Food. Todos estamos unidos y juntos por amor a la comida y por el trabajo en red de Slow Food. Slow Food nos ha empoderado y nos ha recordado nuestra cultura alimentaria y esto es cierto porque, «Sin la miel, no somos ogiek». Ojalá pudiéramos seguir trabajando juntos para llegar lo más lejos posible, especialmente actualizando los SPG de Slow Food para el Baluarte miel ogiek, porque esto seguramente fortalecerá el Baluarte y mejorará su reputación, de modo que el proyecto ganará atractivo como motor para generar ingresos en la comunidad.

¿Cómo imaginas tu comunidad en 10 años?

En los próximos 10 años, me imagino la comunidad ogiek con el Baluarte miel ogiek muy bien desarrollado, con la certificación SPG de Slow Food, vendiendo la mejor miel de la región. Me imagino que habrá miembros añadiendo más colmenas, esto podría traducirse en una mayor producción de miel, una mejor entrada en el mercado, una mejora de ingresos y, eventualmente, una mejora de la vida para la comunidad. Además, me imagino un Baluarte con más juventud para asegurar su sostenibilidad y continuidad. Y finalmente, me imagino que el gobierno de Kenia hará honor al veredicto de la Corte africana que declaró que el bosque de Mau es el hogar ancestral de la comunidad ogiek, así como un área de la que dependen para su sustento, tradiciones y cultura. Espero que el gobierno establezca a la comunidad de nuevo en su lugar, haciendo así los desahucios sean una cosa del pasado.

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