Servicios Ambientales de los Manglares en la Reserva de Biosfera SeaFlower
17 Ago 2020
El 26 de julio de 2016 selló la primera conmemoración del Día Internacional de la Defensa del Ecosistema de Manglares por la Unesco. Esta celebración fue aprobada y proclamada el 6 de noviembre de 2015 por la Conferencia General de la Unesco, quien exalta la importancia de los manglares como “un ecosistema único, especial y vulnerable que en virtud de su existencia, biomasa y productividad aporta importantes beneficios a los seres humanos, prestando bienes y servicios a la silvicultura y la pesquería, contribuyendo a la protección del litoral y siendo particularmente importante en cuanto a la atenuación de los efectos del cambio climático y la seguridad alimentaria para las comunidades locales.”
En 2017, la Unesco reportó que los manglares costeros se encontraban entre los ecosistemas más amenazados de la Tierra. Según sus estimaciones, hasta entonces, había una pérdida del 67% de los manglares y que en los próximos 100 años los manglares no protegidos podrían desaparecer.
Según la Unesco (2017), “es mucho lo que está en juego, ya que los ecosistemas de manglares proporcionan beneficios y servicios esenciales para la vida. Desde el suministro de seguridad alimentaria, el mantenimiento de las pesquerías y los productos forestales y la protección contra las tormentas, los tsunamis y el aumento del nivel del mar hasta la prevención de la erosión de los litorales, la regulación de la calidad del agua costera y la provisión de hábitats para especies marinas en peligro”.
La Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina – CORALINA (Colombia), en el marco de esta celebración, realizó una jornada de limpieza en Old Point Regional Mangrove Park, ubicada en la isla de San Andrés. Según datos de la Corporación, San Andrés posee 148,31 ha de manglar, mientras que Providencia y Santa Catalina cuentan con una extensión de 59,79 ha. Las cuatro especies de manglar que podemos encontrar en el Archipiélago son: Rhizophora mangle (Mangle Rojo o Red Mangrove), Avicennia germinans (Mangle Negro o Black Mangrove), Laguncularia racemosa (Mangle Blanco o White Mangrove) y Conocarpus erectus (Mangle Botón o Botton Wood Mangrove).
El grupo CORALINA Providencia, en cabeza de Asilvina Pomare, reporta que año tras año la corporación realiza el monitoreo de los manglares de la Reserva de Biosfera Seaflower, al igual que la ejecución de jornadas de limpieza. Por otra parte, Pomare reporta que en Providencia y Santa Catalina la mayoría de los manglares se encuentran en un buen estado de conservación. Sin embargo, existen impactos asociados a los asentamientos humanos cercanos a este ecosistema.
Pomare, además de reafirmar que los manglares son una barrera natural contra los efectos adversos de múltiples fenómenos climáticos, afirma que los manglares son una guardería por excelencia para la protección de especies marinas y terrestres, las cuales aportan en gran medida, a la seguridad alimentaria de la comunidad Raizal. No obstante, Pomare también nos informa, que la tala y la inadecuada disposición de residuos sólidos son dos impactos negativos que requieren nuestra atención.
Por otra parte, en conversación con Santiago Taylor, pescador de toda la vida, fundador y vicepresidente de la Cooperativa Fish and Farm, expresa que, aunque la comunidad y los pescadores no son muy conscientes de los tantos beneficios de los manglares, la comunidad siempre se ha aprovechado de este ecosistema estratégico. Además de su tala ancestral para la elaboración de carbón y madera para la construcción de viviendas, se utilizan las zonas de manglar rojo para resguardar sus embarcaciones pesqueras, y la captura de espadines (Sprattus sprattus) para su utilización como carnada o señuelo en la pesca artesanal.
Santiago también nos cuenta, que cuando era pequeño, él y sus amigos, como efecto colateral de sus juegos infantiles, plantaron muchos mangles rojos en el sector de Joins Point. Al tomar las semillas del mangle rojo, la cual se asemeja a un lápiz (según varias fuentes bibliográficas), ellos tomaban las semillas como dardos y las lanzaban indiscriminadamente por doquier. Gracias a esta inocentada acción, Santiago afirma que en el sector de Joins Point, es posible ver muchos más árboles de manglar que antes.
Asimismo, Santiago nos relata, cuán importante fue el manglar para la protección de su casa y su familia, durante el paso del huracán Beta en 2005 por Providencia. “De todas las casas en el sector, yo creía que la mía era la más débil y sabía que no estaba preparada para un huracán. Pero sin decirte mentiras, tipo 9:00 pm empezamos a sentir la brisa. El árbol de mamoncillo se cayó en todo el frente de la casa sin afectarla. La casa se sintió crujir y pensé que todo se iría al piso, pero luego escuché la caída del techo de la casa de mi hermano, la cual está aquí al frente (en la ladera). Tipo 3:00 am, sentimos que la tormenta se disipaba y sin decirte mentiras, ni una sola lámina del techo de mi casa se desprendió. Claro, se entró el agua, pero la casa se mantuvo en pie y albergó a toda mi familia después de la tormenta. Gracias a Dios y al manglar.”
“El manglar es muy importante para los pescadores” nos dice Santiago. “Es el hábitat natural de muchas especies, puedes ir al manglar y encontrar pargo rojo, whelks (un tipo de caracol marino, bucinos), ostras, en cuanto al mar. Pero también puedes encontrar aves, serpientes y una gran diversidad de animales allí.”
A nivel internacional y regional se evidencia cuán importante son los manglares. Pero tenemos que hacer mucho más que jornadas de limpieza de manglares. La concientización de las comunidades costeras, el manejo y la correcta disposición de residuos sólidos y líquidos, la reforestación, la investigación y los programas de monitoreo son cruciales para seguir disfrutando de los tantos beneficios que nos ofrece el grandioso ecosistema de manglar.
Así que, por ahora, solo nos resta pedirte “protejamos el ecosistema de manglar” el manglar, las especies asociadas y la humanidad te lo agradecerán.
Slow Food protege la biodiversidad de los ecosistemas marino-costeros de la Reserva de la Biosfera Seaflower en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina en Colombia a través de los proyectos “Slow Fish Caribe” financiado por la UE y “Empowering Indigenous Youth” financiado por el FIDA.
Autora: Diana Marcela Ampudia Sjogreen – Comunidad Slow Food Fi wi Old Providence & Ketlina Good Food (Colombia)
Fotos: Diana Marcela Ampudia Sjogreen
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