Proyecto Niyat: 3 años de impacto en la Seguridad Alimentaria del Gran Chaco
20 Dic 2023
Niyat, que en Wichí significa «líder tradicional» (una guía no hereditaria y flexible, normalmente ejercida por mujeres), ha sido más que un proyecto, ha sido un catalizador de cambio para las comunidades de pueblos indígenas en el Gran Chaco argentino. Financiado por la Unión Europea y ejecutado por la Fundación Gran Chaco en colaboración con Slow Food, la Red de Comunidades Rurales (RCR), la Cooperativa de Mujeres Rurales (COMAR), el área de género de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación-MDS, este proyecto se ha centrado en redefinir la gobernanza local a través del liderazgo indígena durante los últimos 3 años.
La iniciativa, enfocada en fortalecer el papel de mujeres y jóvenes, ha buscado impulsar un proceso de articulación interinstitucional para consolidar a las comunidades como líderes en las políticas públicas en el Gran Chaco argentino. A lo largo de los últimos 3 años se implementaron acciones concretas en 24 comunidades de pueblos indígenas para abordar desafíos como la inseguridad alimentaria y el acceso limitado a la educación. El enfoque dialogante e inclusivo de Niyat ha procurado superar las barreras fragmentarias de la sociedad, permitiendo una colaboración efectiva entre la sociedad civil, las comunidades y el Estado. En este proceso, Slow Food fue responsable de coordinar la componente del proyecto destinada a reducir la inseguridad alimentaria de las famílias involucradas.
Las comunidades de pueblos indígenas del Gran Chaco desarrollaron a lo largo del tiempo diversas formas de pervivencia basadas en el conocimiento profundo de su territorio. Este conocimiento les permitió aprovechar la rica variedad de recursos que ofrecía el monte durante distintos periodos del año, incluyendo frutos como algarroba, chañar, molle, tusca, tuna, porotos del monte, entre otros. Sin embargo, la progresiva reducción de los bosques debido a la deforestación significó la pérdida de alimentos y la disminución de la seguridad alimentaria de estas comunidades. Además, factores como la sequía exacerbada por el cambio climático, la aridez de los suelos y la pérdida de conocimientos agrícolas tradicionales contribuyeron a una situación desfavorable en la producción de alimentos a nivel familiar y comunitario.
En respuesta a estos desafíos, fueron capacitadas 2626 personas indígenas teniendo como base la guía «Proyecto Niyat: Módulo de Seguridad Alimentaria«, desarrollada en colaboración con las comunidades locales. Este manual, coordinado por ingenieros agrónomos y técnicos de la Fundación Gran Chaco y Slow Food, propuso un modelo replicable y adaptable en la región chaqueña. Basada en prácticas agroecológicas, combinó la producción hortícola, el aprovechamiento sostenible de los frutos del monte y la cría de animales adaptados al contexto local.
Los 129 módulos alimentarios creados no solo han mejorado la producción de alimentos, sino que también han fortalecido las prácticas agroecológicas. El aumento significativo en el número de familias que realizan prácticas como compostaje, protección solar, rotación y asociación, ha demostrado una exitosa adopción de métodos sostenibles de cultivación entre los productores.
La incorporación de plantas nativas en los módulos, así como la preservación de semillas, ha contribuido a la biodiversidad funcional. La agroforestería y la capacitación en agricultura sintrópica han potenciado la productividad y diversidad, promoviendo un enfoque sostenible.
Transformación en la alimentación y prácticas culturales
La componente liderada por Slow Food desempeñó un papel fundamental en apoyar la revitalización de las prácticas ancestrales de las comunidades originarias, centrándose específicamente en el consumo de frutos del monte. La privatización de tierras fiscales y el cambio climático han impactado negativamente esta práctica, resultando en un desplazamiento gradual y la sustitución de alimentos tradicionales por harinas refinadas de trigo.
A lo largo del proyecto se llevaron a cabo una serie de talleres de gastronomía, los cuales jugaron un papel fundamental al incentivar a las familias a consumir lo que producen, rescatando saberes locales y añadiendo nuevas formas de preparación. Entre estos logros, destaca la recuperación del consumo de harina de algarroba, un producto tradicional de la cultura local, aportando beneficios superiores para la salud y aumentando su producción, contribuyendo así a una dieta más equilibrada.
Además, Gracias a los talleres y capacitaciones promovidos por Slow Food a lo largo del proyecto, se logró un avance significativo en la transformación de los hábitos alimentarios de las familias participantes. Al comparar los alimentos consumidos al inicio y al final del proyecto, se observa un aumento sustancial en la incorporación de verduras, diversificando las comidas y mejorando la nutrición de las familias. Este progreso se refleja en el incremento acumulado del 69.34% en el consumo de alimentos saludables durante el período del proyecto.
Capacitación y desarrollo de conocimientos
El enfoque del proyecto en la capacitación ha resultado en un impacto duradero. La autopercepción de aprendizaje por parte de los participantes refleja una mejora en temas clave como el acceso al agua, conservación de semillas, manejo de plagas y producción agroecológica.
Las capacitaciones no solo fueron efectivas en términos de contenido, sino que también se adaptaron a las circunstancias, multiplicándose a través de plataformas virtuales durante la pandemia. La colaboración en la creación de los módulos alimentarios ha generado un valioso material escrito disponible para futuras iniciativas.
Capacidades de comercialización e inserción de los productos en nuevos mercados
Se han implementado iniciativas significativas para promover la comercialización local de verduras y productos ganaderos en la región del Gran Chaco. Se identificaron cinco canales de comercialización para optimizar la distribución de los productos: la venta directa en la propiedad, la comercialización en negocios locales, la distribución a restaurantes, la participación en comedores escolares y la presencia en ferias locales.
Con el objetivo de impulsar eficazmente estos canales, se llevaron a cabo estrategias de divulgación a través de diferentes medios, como anuncios en radios comunitarias, participación en ferias locales y la utilización de grupos de WhatsApp. Entre las iniciativas llevadas a cabo, se establecieron acuerdos con comedores escolares para la entrega regular de productos, se inauguró un mercado de productores, se crearon nodos de consumo locales y se facilitó el contacto entre los productores y los negocios locales, incluyendo restaurantes. Estas acciones buscan consolidar la presencia y el acceso a los productos locales, promoviendo al mismo tiempo la sostenibilidad económica de las comunidades involucradas.
La diversificación de los canales de venta no solo aumenta la visibilidad de los productos, sino que también contribuye a asegurar un apoyo más amplio a las economías locales mediante la colaboración entre los productores y diversos actores comerciales. Este enfoque integral tiene como objetivo no solo mejorar la comercialización, sino también fortalecer las relaciones económicas y fomentar el desarrollo sostenible en la región del Gran Chaco.
Mirada hacía el futuro
El proyecto Niyat no solo ha sido un catalizador para abordar desafíos inmediatos de seguridad alimentaria en las comunidades del Gran Chaco, sino que también sienta las bases para un desarrollo sostenible a largo plazo. La integración de prácticas agroecológicas y la diversificación de la dieta no solo han mejorado la disponibilidad de alimentos saludables, sino que también han fortalecido la resiliencia de las comunidades frente a posibles amenazas ambientales y climáticas.
El cierre del proyecto no se interpreta como el fin de las iniciativas emprendidas, sino más bien como el inicio de un camino sostenible hacia el bienestar integral de estas comunidades. La consolidación de los conocimientos adquiridos, la continuación de prácticas agroecológicas y la participación activa de las comunidades en la gestión de sus recursos son fundamentales para mantener y expandir los logros obtenidos. Además, la estrategia de comercialización local implementada proporciona una base económica sólida, fomentando la autonomía y la generación de ingresos para las familias involucradas.
El legado del proyecto Niyat se traduce en comunidades más empoderadas, conscientes de la importancia de una alimentación saludable y sostenible, así como de la preservación de sus prácticas culturales y conocimientos tradicionales. Este enfoque holístico hacia la seguridad alimentaria no solo ayuda a mejorar la calidad de vida de las comunidades en el presente, sino que también contribuye a la construcción de un futuro más resiliente y equitativo en el Gran Chaco argentino.
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