Entre la tierra y el cemento

22 May 2016

Baluarte de la Malvasía de Sitges 1Las viñas del Baluarte de la Malvasía de Sitges, sitas en el interior de la ciudad homónima, podrían sufrir las consecuencias negativas de una urbanización despiadada.

La Malvasía de Sitges debe la vida a un testamento. En los años treinta del pasado siglo Manuel Llopis de Casades, heredero último de una de las familias más antiguas de esta población catalana, destinó su legado al Hospital de San Joan Bautista de Sitges, con la condición, como garantía de tan abundante donativo, de mantener la producción y vinificación de la uva Malvasía autóctona. El viñedo del testamento se halla en la zona de Aiguadolç, un terreno de dos hectáreas con vistas al mar y a las urbanizaciones. Sin embargo, en el centro urbano existe un segundo viñedo, más pequeño y singular por cuanto está rodeado de edificios.

Si la Malvasía de Sitges ha sobrevivido hasta hoy es, por tanto, gracias a la amplitud de miras –y también el buen gusto- de Llopis. Hace cerca de diez años Slow Food puso en marcha un Baluarte en torno a este varietal, y desde entonces la producción se ha extendido hacia varias zonas del Penedés favoreciendo su conservación. Diferentes bodegas la han incorporado a sus listas de variedades disponibles en el territorio, y algunas de ellas utilizan las uvas de Malvasía para elaborar unos vinos monovarietales muy interesantes: un ejemplo de ello es el que propone la bodega Vega de Ribes, de la familia Bartra, que forma parte del Baluarte desde su nacimiento y fue una importante dinamizadora de la evolución de esta variedad local.

Baluarte de la Malvasía de Sitges 2 - hospitalEn el interior de la ciudad de Sitges la única producción es la del Hospital de San Joan Bautista, que además de amparar el antiguo viñedo cumple la labor de residencia geriátrica. A fin de crear una producción vinícola eficaz y rentable de las uvas ocultas tras los muros, el Hospital se ha venido apoyando en un agricultor propietario de algunos terrenos en la zona de Sant Pere de Ribes para la elaboración de sus propias uvas. Gracias a esta colaboración, el Hospital ha podido concentrarse a lo largo de los años en un proyecto de remodernización que ha permitido el aumento de la gama de vinos y de la rentabilidad de sus operaciones. De esta forma la Malvasía ha pasado de ser fuente de pérdidas a convertirse en recurso con un fuerte potencial enogastronómico y económico, introduciendo en el mercado su vino, dulce y de mesa. No obstante, en 2016, sin razones evidentes, la colaboración no ha sido renovada, devolviendo a la Malvasía del Hospital el papel de viñedo inutilizado.

La demanda que ahora surge espontánea es: ¿por qué? La razón se halla precisamente en el entorno del viñedo del Hospital, donde reina la edificación. Entre la tierra y el cielo se interpone el cemento, que con su grisura afecta al paisaje y amenaza con expandirse hasta las raíces bien plantadas entre los muros del Hospital. La cercanía al mar y la presencia del macizo del Garraf que lo protege de los vientos del norte, hacen de Sitges un lugar ideal para el cultivo de la Malvasía, pero la ubicación de este terreno es muy apetecible también para los amantes del cemento y de la especulación inmobiliaria.

Baluarte de la Malvasía de Sitges 3«A veces parece que la Malvasía de Sitges esté más valorada fuera que dentro de la propia ciudad; de hecho, diferentes vinateros del Penedés han invertido mucho en el futuro de la variedad y de sus características particulares, que otorgan al vino una personalidad única», declara Valentí Mongay, responsable del convivium Slow Food Garraf i Penedés. «Por otra parte, no deja de ser paradójico que restaurantes de prestigio y galardonados con estrellas den valor a los vinos de Malvasía de Sitges incluyéndolos en sus cartas, mientras que muchos establecimientos y restaurantes de la ciudad lo ignoran. Aun la guía Parker le ha concedido una puntuación de 91 sobre 100. Por esta razón la Semana de la Malvasía de Sitges tiene como segundo objetivo conseguir que sean cada vez más las empresas locales que incorporen la variedad y sus vinos en la oferta».

Todos los años, del 23 al 29 de mayo, el Gremio de Hostelería de Sitges, en colaboración con el Hospital de Sant Joan, organiza la “Semana de la Malvasía”, una serie de encuentros técnicos dirigidos a quienes en el mundo cultivan esta variedad. Ya en su cuarta edición, durante la semana se propone también una serie de degustaciones de platos idóneos para armonizar con este vino. Este año, además, será también el momento de denunciar un problema potencial que, de permanecer desatendido, corre peligro de devenir en una triste realidad.

Si quiere seguir siendo considerada una población interesante desde el punto de vista turístico y cultural, Sitges ha de tutelar y enaltecer la Malvasía, uno de los pocos patrimonios gastronómicos que le quedan.

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