Frutos silvestres del Gran Chaco: una cuestión de mujeres
27 May 2019
Gran Chaco es una de las principales ecorregiones de América Latina. Se trata de un área de tierras bajas que incluye partes de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay. En la llanura del Gran Chaco, los arboles de algarroba blanca, chañar y mistol, desde la época precolombina, son parte de la cultura alimentaria de los pueblos indígenas, así como un símbolo de magnificencia.
Las mujeres siempre han estado involucradas en la recolección de sus frutos. En particular, la algarroba blanca (Prosopis alba y Prosopis chilensis) ofrece frutas oblongas, similares a la vaina de frijol. La cáscara es de color amarillento y la pulpa, que contiene semillas muy duras, es carnosa, formada principalmente por azúcares que le dan un sabor agradable. Transformado en harina, es un ingrediente importante para las comunidades locales: se elaboran panes húmedos y secos e incluso refrescos fermentados.
En ese marco, en el 2014, se ha constituido el Baluarte Slow Food de los Frutos Silvestres del Gran Chaco, en el cual participan mujeres de las comunidades indígenas Qom, Wichi, Qomle’ec y Pilagá. El primer objetivo del Baluarte ha sido, desde el comienzo, la valorización de las preparaciones locales en los hogares indígenas, aprovechando los frutos del monte y el valor nutricional que poseen. Hoy también se trabajan las transformaciones y, en particular, la elaboración de harina de algarrobo y su comercialización a nivel local y regional. Al respecto, se està realizando un centro de transformación de harina de algarroba para que las mujeres de las comunidades puedan procesar su propia harina de algarroba. Otro aspecto fundamental del Baluarte es el fortalecimiento del liderazgo de jóvenes mujeres en el trabajo en redes con movimientos indígenas nacionales e internacionales, como la red indígena de Terra Madre.
El Baluarte fue creado en colaboración con la Fundación Gran Chaco y la Cooperativa de Mujeres Artesanas del Gran Chaco (Co.M.Ar.), para contrarrestar el abandono del territorio, el empobrecimiento de alimentación de la población local y sus consecuencias para su salud.
Se ha entrevistado a mujeres de la comunidad Wichi de Lote 8, Formosa y mujeres de la comunidad Qomle’ec de La Rinconada, Formosa acerca de su relación con el baluarte, a continuación sus impresiones.
¿Qué representan los frutos del monte y la harina de algarroba para las mujeres y comunidades?x¿Cuál es su valor simbólico?
Los frutos del monte son importantísimo para nosotros como eran también para nuestros antepasados, respectaban el monte con sus frutos y nosotros ahora debemos seguir los pasos, respectando el monte y lo que nos da el monte porque nos gustan y así lo podremos consumir siempre. Cuando empieza la recolección de la chaucha de la algarroba, las mujeres se reúnen, se encuentran en el monte para charlar y contar cuentos y mitos, los chicos juegan. Aprovechamos también para juntar raíz, corteza, plantas y flores para nuestros tintes naturales, es como una fiesta, además de comer los frutos ricos que nos gustan.
¿Cuál es su valor simbólico?
Los frutos del monte son importantísimos para nosotros como lo eran también para nuestros antepasados. Ellos respetaban el monte y nosotros ahora debemos seguir sus pasos, respecando el monte y lo que nos da, así lo podremos consumir siempre. Cuando empieza la recolección de la chaucha de la algarroba, las mujeres nos reunimos, nos encontramos en el monte para charlar y contar cuentos y mitos, los chicos juegan. Aprovechamos también para juntar raíces, cortezas, plantas y flores para nuestros tintes naturales. La recolección es como una fiesta, además de comer los frutos que nos gustan.
¿Cuáles son las actividades complementarias de las comunidades del Gran Chaco?
Las actividades complementarias de las mujeres de nuestra comunidad del Gran Chaco son la artesanía. Nos capacitamos también en el trabajo de costura, además de cuidar a nuestros niños, salimos al monte a buscar leña, peces y frutos. Somos parte de una asociación de artesanas donde nos capacitamos en el uso de la computadora, en sistemas de ventas y comercialización. Nos dedicamos a juntar lo que nos ofrece el monte y a aprender nuevas recetas.
¿Por qué es importante valorizar la producción y el consumo de los frutos y de la harina de algarroba para la comunidad?
Es importante para la buena alimentación de nuestros niños, de los adultos, y también de los animales. Todos disfrutamos de sus sabores, pero sobre todo es parte de nuestra identidad. Y lo debemos valorizar porque estamos acostumbrados a consumirlos y es un alimento disponible para todos. Seguir con su producción nos asegura la continuidad y la transmisión de nuestros saberes ancestrales y el cuidado del monte. El monte es nuestro almacén.
El trabajo de fortalecimiento del Baluarte de los Frutos Silvestres del Gran Chaco está apoyado por el FIDA, y ve la participación de Fundación Gran Chaco y otros socios locales estratégicos que han contribuido al proceso.
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