El Largo Vuelo de la Abeja Melipona de Bolivia a Brasil
25 Feb 2019
La fuerza del Terra Madre radica en su capacidad de favorecer encuentros entre las comunidades de Slow Food de un modo espontáneo y natural. Entre charla y charla, unidos alrededor del denso y agridulce líquido obtenido por las abejas sin aguijón originarias de América del Sur, las comunidades bolivianas y brasileñas soñaron juntas con un encuentro. Finalmente, ese intercambio de experiencias tan deseado se pudo celebrar en Curitiba, Brasil, en diciembre de 2018.
El intercambio ha sido posible gracias a la iniciativa «Climate Change and Mountain Forests», donde Alianza para las Montañas y Slow Food colaboran para mejorar el manejo en la cadena de valor de la miel de abeja melipona replanteando aspectos como la higiene, el manejo de residuos, las enfermedades y la multiplicación de colmenas en la Provincia de Chaco. El trabajo de valorización de productos de montaña en el Departamento de Chuquisaca, Bolivia, forma parte de la Iniciativa para Productos de Montaña, una colaboración entre Slow Food y Alianza para las Montañas.
En Chaco, junto con la Fundación Pasos de Bolivia, se trabaja con las comunidades en el interior del «Parque nacional y área natural de manejo integrado Serranía del Iñao». Actualmente hay 240 personas, sobre todo mujeres, organizadas en cinco asociaciones de apicultoras y de abejas señoritas (Tetragonisca angostula), las especies más presentes en el territorio.
Teniendo en cuenta la gran experiencia de Slow Food Brasil con la miel de melipona (existen tres Baluartes de abejas meliponas), el intercambio ha tenido como foco abordar los principales problemas que han identificado las trabajadoras. En particular, se ha hablado de cuestiones como el bajo rendimiento por colmena, la ubicación inadecuada de las colmenas y meliponarios, la falta de cajas adecuadas a las condiciones climáticas de la zona, las plagas, el poco conocimiento en alimentación complementaria y flora melífera, el desconocimiento de prácticas de multiplicación de colmenas y de prácticas apropiadas de cosecha, el poco conocimiento de técnicas para la conservación de la miel, así como la certificación y el registro sanitario para la comercialización de la miel. En el intercambio han participado cinco mujeres y tres hombres de Bolivia que han tenido la oportunidad de visitar meliponarios y parcelas de cultivos y que han podido aplicar técnicas de multiplicación y manejo y realizar una reunión con el personal de la Universidad de Curitiba y con instituciones públicas, como el Servicio Nacional de Aprendizaje Rural de Paraná, llamado SENAR. En este espacio, cabe destacar la intervención de María Méndez, una profesora de meliponicultura y apicultura que enseña el manejo de las abejas a los alumnos de una escuela de campo. Méndez ha subrayado la importancia de la meliponicultura para la reproducción de las especies forestales nativas, así como la polinización de cultivos anuales, lo que fortalece la biodiversidad y mitiga al cambio climático.
Compartir los conocimientos entre miembros de comunidades afines constituye hoy un paso fundamental para buscar soluciones conjuntas a los problemas comunes a los que estas comunidades se enfrentan en el campo. La experiencia permitió constatar la importancia de los procesos de organización y del trabajo en redes, para desatar el intercambio de conocimientos, cuya riqueza muchas veces se pierde por no contar con mecanismos y costumbre de intercambio.
El intercambio llegó a su fin, pero el impacto es evidente. En estos dos meses ya se han realizado cajas más adecuadas para las abejas, se han involucrado más mujeres, se ha fortalecido la colaboración con la academia para la sistematización de los conocimientos locales y se está trabajando para obtener un registro sanitario que mejorará e incrementará la comercialización de la miel. Adelante.
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