Defendamos la seguridad alimentaria de Brasil
24 Ene 2019

Con la medida provisional n.º 870 del 1 de enero de 2019, la Presidencia de la República Federal de Brasil ha disuelto el Consejo Nacional para la Seguridad Alimentaria y Nutricional (Conselho Nacional de Segurança Alimentaria y Nutricional – Consea). Una medida que mucha gente en Brasil describe como el primer paso de Bolsonaro hacia el desmantelamiento de la política de seguridad alimentaria.
El Consea se creó en 1994, se desactivó en 1995 y se reactivó en 2003 como órgano consultivo dirigido por la presidencia de la República con el fin de institucionalizar la participación de la sociedad civil en la formulación de las políticas alimentarias. Compuesto por dos tercios de la representación de la sociedad civil y un tercio de representantes del gobierno, el Consejo ha ejercido la importante función de espacio institucional para el control social y la participación de la sociedad civil en la construcción, el seguimiento y la evaluación de las políticas de seguridad alimentaria. En resumen, un modelo de participación social que se ha convertido en una referencia en distintos países.
En el Consea se han discutido importantes propuestas que posteriormente se han convertido en políticas e iniciativas públicas para combatir el hambre y garantizar una alimentación sana y adecuada. Entre las muchas victorias logradas por el Consejo, destacamos el reconocimiento de la inclusión en la Constitución del derecho a una alimentación adecuada (enmienda 64, artículo 5 de la Constitución federal), la puesta en marcha del Programa Hambre Cero y el plan Safra (un programa de crédito para la agricultura familiar), es decir, acciones de política nacional para la difusión y el apoyo de la agroecología y biología, así como el programa de adquisición alimentaria que consiente a las instituciones públicas (como los comedores escolares, por ejemplo) que adquieran productos de la agricultura familiar.
Gracias también a estas medidas, en el 2014 Brasil salió del Mapa del hambre del mundo diseñado por la FAO. Y no solo eso. El Consea ha abierto frentes importantes, promoviendo una agricultura libre de pesticidas y una comida sana para todos. Muchos brasileños consideran que su cierre supone un nuevo ataque a la parte más débil de la población.
Por eso os invitamos a firmar la petición, tal y como afirmó Georges Schneyder, director de Slow Food Brasil y miembro del Comité Ejecutivo internacional de Slow Food: «En Brasil la base del movimiento Slow Food es una amplia red de agricultores familiares, agricultores ubranos y periurbanos, pueblos indígenas, afrodesdendientes y otras comunidades tradicionales, pescadores artesanales y recolectores, así como consumidores responsables y activistas urbanos que defienden el derecho a una comida buena, limpia y justa. Esta red hoy está representada en el Consea y participa en las discusiones sobre el Derecho Humano a la Alimentación Adecuada. No podemos perder este espacio, el derecho a la alimentación es la gran bandera de nuestro movimiento».

Pedimos a Bolsonaro que vuelva a abrir el Consejo Nacional para la Seguridad Alimentaria y Nutricional. Firma la petición.
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