El chef Bledar Kola, de la Alianza de cocineros de Slow Food, está comprometido con la educación de los niños

27 Jun 2017

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Bledar se fue de Albania y aterrizó en Londres cuando era adolescente, donde trabajó en la cocina y fue ascendiendo profesionalmente. Estuvo en el extranjero muchos años, mejorando sus habilidades culinarias en algunos de los restaurantes más aplaudidos del mundo, incluyendo el Pied à Terre y el Fäviken. Hace casi una década, volvió a su país con el deseo de redefinir la cocina albanesa. En febrero de 2016, el restaurante de este chef, el Mullixhiu (el molinero), abrió sus puertas.

Este restaurante sigue la filosofía Slow Food, por eso sirve ingredientes albaneses de temporada y, además, apoya a cinco variedades de trigo en peligro de extinción. En el mismo restaurante hay un molino de piedra donde se muele el trigo fresco para hacer pan y se vende diariamente en el restaurante. «El objetivo de este restaurante es que los clientes se fijen en la comida y en las variedades de trigo disponibles que están desapareciendo», dice Bledar, y añade luego que la Alianza de cocineros es un movimiento muy positivo en Albania. «Formar parte de Slow Food está siendo una experiencia muy buena porque, además de servir buena comida, también vemos el impacto social que tiene en los demás».

Bledar cree que los cocineros tienen un papel crucial como intermediarios entre productores y consumidores y que deberían aprovechar su posición para mejorar la cultura alimentaria en sus comunidades locales. En uno de sus proyectos actuales, Bledar se inspiró en las crecientes tasas de obesidad de los niños albanos, que se avergüenzan de la comida casera que llevan a la escuela y tienden a comprar comida insana en su lugar.

Bledar empezó el movimiento Buka ne Straje (Pan en el bolso), para visualizar la idea de llevar comida preparada en casa. El movimiento fue acompañado por una campaña mediática en las redes sociales donde profesionales famosos del mundo de la alimentación (como Carlo Petrini y Rene Redzepi, entre otros) promovieron el lema. Bledar organizó encuentros en parques locales para demostrar a los padres cómo pueden preparar comida para llevar a la escuela de sus hijos. Bledar también compró un food truck con sus ahorros que lo utilizó para visitar varias escuelas y continuar con sus esfuerzos para educar a los niños mostrándoles la importancia que tiene alimentarse de forma sana y cocinar en casa. «Es un tema muy complejo que está destruyendo el futuro de los niños, nadie es realmente consciente de este problema», explicó el cocinero.

«A pequeña escala, como cocinero de un país pequeño, hago lo que puedo para que las cosas cambien aquí. Esta es mi siguiente misión: educar a los niños para que coman comida saludable. Me preocupa mucho cuando veo a niños que comen en un restaurante con aparatos de última tecnología y cuando veo que no pueden comer sin mirar una pantalla. Este es un problema muy grave que no solo sucede en Albania, sino en casi todo el mundo. La gente está más informada sobre los iPhones que sobre las frutas autóctonas que han estado con nosotros durante toda nuestra historia. Solo los cocineros pueden cambiar esto. Tenemos que usar nuestro tiempo para educar a los niños, que están creciendo sin saber qué comen.» El trabajo de Bledar es un gran ejemplo del importante papel que tienen los cocineros para modificar la cultura alimentaria dominante y de la labor que estos pueden hacer para mejorarla.

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