México: el agave de la Mixteca de Oaxaca
17 Mar 2021
El maguey pulquero (Agave atrovirens, salmiana o americana), es una planta característica originaria de México. Su principal producto es el aguamiel para la elaboración artesanal del pulque, bebida que forma parte de la tradición cultural del pueblo mixteco. Los magueyes, o Yaavi ndidi, como se les llama en mixteco, crecen en la región semidesértica de la mixteca oaxaqueña con suelos pobres de materia orgánica, poco profundos y erosionados por las torrenciales lluvias de los últimos años.
El proyecto, de la mano con la organización local Mujeres Milenarias, plantó 20,000 plantas de maguey pulquero, acomodadas como barreras vivas sobre las obras de conservación de suelo trazadas a curvas a nivel, en una superficie de 80 hectáreas. Para hacerlo, se usó la técnica ancestral de cultivo del maguey, intercalando la planta con el sistema milpa, evitando la pérdida de nutrientes del suelo, facilitando la formación de suelo, su retención de humedad residual y la conservación de la biodiversidad local. El aprovechamiento sustentable del maguey permitió fortalecer la seguridad y soberanía alimentaria de las familias involucradas (a través del uso del maguey en el sistema milpa) y generó ingresos económicos mediante la venta de los derivados del maguey (como el pulque y aguamiel) en el mercado local y regional. Además, se han fortalecido lazos con la red de Slow Food, con compradores, empresas, agencias de noticias y también con instituciones locales, regionales y nacionales, aumentando así la promoción del producto y creando un sistema de relaciones útil para el futuro del Baluarte.
En una zona dónde los jóvenes migran por falta de oportunidades y el maguey y sus derivados se consumen siempre menos frente al ingreso de comida chatarra, hemos hablado con una joven mixteca, Bibiana Bautista Gaitán, Coordinadora del Baluarte del Maguey de la mixteca oaxaqueña, para que nos cuente cuáles alternativas están poniendo en marcha para enfrentar estos desafíos.
¿Cómo era tu comunidad hace 10 o 20 años?
Hace 20 años, en las comunidades del Baluarte se trabajaba más la tierra: jóvenes, niñas y niños apoyaban en las labores del campo y del hogar, sin embargo, ante la falta de ingresos derivados de la agricultura, comenzaron a emigrar a otras ciudades. El maguey se aprovechaba y sus derivados se consumían principalmente al interior de las comunidades, no tenían valor en el mercado, el pulque se intercambiaba con frijol o maíz para autoconsumo.
¿Una anécdota divertida durante una actividad del proyecto?
Algo que terminó siendo divertido fue que con una compañera de Slow Food Oaxaca me perdí en una brecha durante una visita del Sistema Participativo de Garantía en la localidad de la Unión libertad. Primero tuvimos miedo, pero confiamos en las demás compañeras y compañeros que nos buscarían, entonces decidimos sentarnos bajo la lluvia a disfrutar del paisaje de la mixteca oaxaqueña. No salimos en las fotografías, pero aprendimos que al salir al campo debemos agruparnos.
¿Cuál es el cambio o los cambios más importantes para la comunidad que ha traído este proyecto?
Con el proyecto se han incrementado las áreas reforestadas con maguey con obras de conservación de suelo. Las personas que participan han podido revalorar económica, social y culturalmente los derivados del maguey pulquero. La venta de pulque y aguamiel aumentó y ganó calidad, pudimos llegar al mercado regional y estatal. Logramos dar difusión de las actividades realizadas en el Baluarte en varios medios de comunicación. Hoy hay nuevas personas interesadas en ingresar al Baluarte o intercambiar experiencias con nosotras.
¿Cuál es la actividad que más representó este proceso?
La organización y coordinación de productoras y productores de 3 municipios para el rescate y conservación del maguey pulquero, respetando los saberes y prácticas tradicionales relacionadas con la reforestación y las buenas prácticas de manejo y elaboración de aguamiel y pulque.
¿Cómo crees que la comunidad seguirá de ahora en adelante?
Las comunidades seguirán con sus actividades de reforestación de maguey pulquero, producción de pulque y venta del mismo en el mercado local, regional y estatal; promoviendo la participación de jóvenes y mujeres. Actualmente, con el apoyo de la red Slow Food, estamos confiadas y seguras que tenemos un producto bueno, limpio y justo; hay muchas personas, organizaciones e instituciones que quieren conocer nuestra forma de trabajo.
¿Ha impactado el Covid-19 las actividades de este Proyecto, y como se han organizado para responder?
Con la restricción de movilidad de personas, la venta y el consumo del pulque y aguamiel bajaron. La prioridad ha sido mantener la salud en las familias y poner atención a las actividades de limpieza y mantenimiento de la reforestación. En cuanto la movilidad de personas sea autorizada tenemos planeada una feria regional, intercambios de experiencias y el inicio de un proyecto de conservación de semillas de maguey.
¿Cómo te sientes dentro de la red Slow Food? ¿Qué te gustaría que hagamos juntos en el futuro?
En un futuro nos gustaría contar con un vivero de produccion de agaves nativos para la producción de aguamiel, construcción de un museo regional del pulque para mostrar la historia, el proceso productivo y la cosmovisión entorno al pulque, y obtener nuevos productos agroalimentarios derivados del maguey pulquero.
¿Cómo te imaginas tu comunidad dentro de 10 años?
Me imagino a las comunidades del Baluarte con extensas plantaciones de maguey pulquero con manejo agronómico y agroecológico, con un planta transformadora donde se elaboren nuevos derivados de maguey pulquero para ofrecer fuentes de empleos para jóvenes y mujeres, que el maguey sea parte de su vida económica, social y cultural. Ser comunidades modelo en la conservación del medio ambiente.
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