Alwana Natural Farm: agroecología en un ecosistema tropical

24 Feb 2025

Las Fincas Slow Food son nuestra respuesta a la crisis climática y medioambiental. Al reunir a agricultores en una amplia red, empoderamos a los actores clave del sistema alimentario para unirse, amplificar sus voces, compartir experiencias y trabajar hacia una transición agroecológica.

Cada mes presentaremos una Finca Slow Food de una parte diferente del mundo, mostrando diversos ecosistemas y contextos sociales para demostrar cómo el modelo agroecológico puede aplicarse eficazmente en cualquier entorno.

Comenzamos con Alwana Natural Farm, la finca familiar de nuestro presidente, Edward Mukiibi, ubicada en el distrito de Mukono, en el centro de Uganda, cerca de la costa norte del lago Victoria. Es un ejemplo destacado de finca agroecológica en un ecosistema tropical. Le pedimos a Edward que nos la describiera con sus propias palabras.

Alwana Natural Farm, Kituuza, Distrito de Mukono, Uganda

El nombre de nuestra finca familiar proviene de Wali Alwana, mi bisabuelo, un reconocido agricultor de café y plátano a principios de 1900. Su nombre está asociado con la lucha por superar situaciones difíciles como el hambre, la pobreza y los conflictos. Para nosotros tiene un profundo significado, ya que la agricultura es nuestra principal fuente de sustento y el medio para alcanzar nuestras metas.

Elegimos seguir los principios de la agroecología y Slow Food para enfrentar los desafíos climáticos, la inseguridad alimentaria y, sobre todo, la degradación del suelo, un problema común en la zona donde se ubica la finca. El nombre nos recuerda que nunca debemos bajar la guardia frente a las adversidades.

Observo mi entorno —un ambiente tropical donde la vegetación exuberante abunda— y busco entender cómo cultivar los recursos que la naturaleza nos brinda en el cinturón tropical del ecosistema subsahariano para obtener la cosecha que sostiene a mi familia.

Trabajo en armonía con la naturaleza, al igual que mi familia. Mi esposa, Christine Nabawanuka, y yo planificamos y trabajamos juntos; ella gestiona la finca cuando estoy fuera. Mi padre, Wali Alwana Magala, es el pionero de la finca, y mi madre, Kezia Nassozi, agricultora y excelente cocinera, ha cuidado de ella desde que éramos niños. También colaboran ocasionalmente mis cuatro hermanas y mi hermano cuando están cerca. La finca se convierte en un punto de encuentro familiar, especialmente durante las vacaciones escolares, cuando nuestros hijos también participan.

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Una pequeña finca de seis acres con gran diversidad biológica

En esta finca de seis acres maximizamos la productividad fomentando la diversidad biológica en todas las parcelas. Conservamos semillas y variedades locales y actualmente cultivamos más de 20 tipos diferentes de plátanos y bananos, muchos pertenecientes al tipo de las tierras altas de África Oriental, además de maíz arcoíris local y diversas variedades de batata.

También participamos en un programa local de conservación y multiplicación de semillas de frijoles, con 15 variedades de África Oriental.

Cultivamos además vainilla, cacao, café robusta, malanga, varias variedades de yuca, árboles frutales, hortalizas y plantas medicinales, todos en sistemas mixtos y agroforestales. El objetivo principal de la finca es maximizar la productividad fortaleciendo la biodiversidad, tanto sobre el suelo como bajo tierra, un factor clave para la resiliencia agrícola tropical ante el cambio climático.

La estructura de los cultivos es la siguiente:

  • Primera parcela: Está separada, a 200 metros de la finca principal, y se gestiona como un sistema agroforestal tradicional sin labranza. Se cultivan vainilla, café robusta y algunos plátanos dispersos bajo árboles frutales y nativos.
  • Finca principal: Incluye varios terrenos, destacando el bosque comestible, donde crecen árboles frutales tropicales, café robusta, plantas medicinales, vainilla, árboles de sombra, bananos, yuca, taro, ñames trepadores y vegetales silvestres como solanáceas y bidens. Al lado está la plantación de cacao, bajo un viejo árbol de elemi africano (presente en el Arca del Gusto), acompañado de vainilla y plantas de café.
  • Parte baja: Aquí crecen distintas variedades de plátano de las tierras altas de África Oriental (Matooke) junto con cultivos estacionales como frijoles, batatas, yuca, maíz y plátano macho. Estas parcelas están separadas por una plantación de café intercalada con plátanos y cultivos de temporada como frijoles, cacahuetes y guisantes.

Cultivos para el mercado y para el autoconsumo

El café y la vainilla son los principales cultivos comerciales, mientras que los bananos y los frijoles son esenciales en nuestra dieta familiar.

Vendemos café y cacao a comerciantes locales y llevamos los bananos de postre (Bogoya y Ndizi) al mercado. Los plátanos para cocinar se venden a un restaurante local de Mukono y también a grupos de catering. Sin embargo, la mayor parte se destina al consumo familiar, sobre todo en temporada baja.

La tragedia de los cafés antiguos que desaparecen

Como agricultor africano, mi familia lleva generaciones cultivando café junto con otros cultivos. La plantación de mi difunto abuelo, Lwanyonyi, fue expropiada y convertida primero en monocultivo de maíz y después en un proyecto de viviendas de lujo. Esta zona, antes llena de vegetación verde y frondosa, formaba parte de la región cafetera de robusta en Uganda.

Hoy enfrentamos la tragedia de ver desaparecer estas variedades tradicionales de café, reemplazadas por tipos industriales de mayor rendimiento pero con mayores exigencias ambientales.

Uno de mis recuerdos favoritos de la infancia es cómo disfrutábamos el café de múltiples maneras: desde infusiones con aguardiente local hasta los granos tostados. Era tradición ofrecer café a los viajeros o invitados al llegar a casa.

Recolección y multiplicación de semillas

Una actividad clave en la finca es la recolección y multiplicación de semillas locales. Actualmente cultivamos y conservamos quince variedades locales de frijoles, tres de cacahuete y diversas de maíz arcoíris. También mantenemos varias variedades tradicionales de yuca y batata.

Intercambiamos semillas con otras comunidades Slow Food y con bancos de semillas gestionados por comunidades vecinas en el distrito de Buikwe.

 

Conservando la fertilidad del suelo y gestionando el agua

Parte de la finca estaba degradada cuando comenzamos a trabajarla, pero hemos logrado regenerarla usando compost fermentado a base de estiércol animal y material verde.

Cuidamos 20 cabras en libertad y algunos conejos en una parcela cercana a nuestra casa. Estos animales proporcionan la mayor parte del estiércol, que mezclamos con restos vegetales, malas hierbas y cáscaras de café para crear compost. La orina de las cabras también se usa como fertilizante y repelente natural para plátanos y bananos.

Las cabras y los conejos se alimentan de las malezas recolectadas en la finca, hojas de plátano y podas de árboles como ficus y calliandra. Estos últimos proporcionan forraje adicional en la estación seca. Finalmente, el estiércol vuelve a los campos, cerrando el ciclo natural de fertilidad del suelo.

Las imágenes y videos de esta historia forman parte de una campaña conjunta entre Slow Food y TerraProject Photographers, un colectivo documental fundado en Italia en 2006 por Michele Borzoni, Simone Donati, Pietro Paolini y Rocco Rorandelli. TerraProject aborda realidades italianas y problemáticas sociales y medioambientales globales a través de proyectos individuales y colectivos, utilizando un enfoque narrativo colaborativo.

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