Las Medidas Espejo como palanca para beneficiar a agricultores y ciudadanos

La perspectiva del hemisferio sur — por Edward Mukiibi, Presidente de Slow Food

06 May 2025

Desde hace años, los números simplemente no cuadran en el sector agrícola europeo: las explotaciones a menudo no pueden ni siquiera cubrir sus costes de producción. La tormenta perfecta ha llegado recientemente a esta situación: fenómenos climáticos extremos que reducen la producción; los precios que se pagan a los productores son cada vez más bajos frente a los costes cada vez más altos de fertilizantes, pesticidas y combustible. A esto se suma la competencia con productos importados de países no pertenecientes a la UE. Al no tener que cumplir con las normas vigentes en Europa, a menudo no respetan los estándares sanitarios, medioambientales y de bienestar animal aplicables en la UE. Esta incoherencia pone en desventaja a los agricultores europeos, pero son sobre todo las personas, los animales y los ecosistemas del hemisferio sur quienes están pagando el alto precio de las consecuencias perjudiciales del sistema alimentario industrial y del comercio global no regulado, incluyendo intoxicaciones por pesticidas, acaparamiento de tierras y recursos, así como la contaminación de los recursos naturales.

Como agricultor y africano, quiero aquí abordar el tema desde la perspectiva del hemisferio sur.

Importación y exportación de alimentos: la absurda realidad

La producción industrial de alimentos, ampliamente practicada en el hemisferio norte, se basa en actividades altamente extractivas en el hemisferio sur y alimenta la crisis climática mediante el uso intensivo de pesticidas, grandes monocultivos y enormes granjas industriales. Los monocultivos, grandes plantaciones de una sola variedad de cultivo, hacen que las plantas sean más frágiles y más susceptibles a ataques de hongos e insectos dañinos. La necesidad de usar cantidades masivas de pesticidas se debe a este sistema de cultivo.

Un ejemplo claro: actualmente, el 30% de las sustancias activas de pesticidas autorizadas en Brasil están estrictamente prohibidas en la UE. Al mismo tiempo, muchos de los productos químicos utilizados en el hemisferio sur se importandesde Europa. Además, en África Oriental, muchos pesticidas altamente peligrosos se están importando ahora como parte de subsidios.

Detrás del monocultivo a escala industrial está la idea de que se debe cultivar masivamente para la exportación. Un mecanismo que favorece a las grandes propiedades, que a menudo se apropian de tierras mediante el acaparamiento. Hoy, la  soja ocupa más de la mitad de las áreas cultivadas en Brasil. Es una de las principales causas de la deforestación del Amazonas. También es responsable de graves problemas de conflictos por la tierra. Un estudio realizado en 2023 muestra que al menos 500 fincas de soja se solapan con tierras indígenas. Estamos hablando de más de 75 000 hectáreas de solapamiento, un área equivalente a países como Singapur o Baréin.

Queremos ver una Unión Europea que esté a la altura de sus responsabilidades

La UE debe asumir la responsabilidad de toda la cadena de suministro global de los alimentos importados y no puede cerrar los ojos ante prácticas que provocan intoxicaciones por pesticidas, destrucción del medio ambiente y acaparamiento de tierras en los países productores.

Slow Food Europa, y muy activamente Slow Food Alemania, están sensibilizando a los consumidores sobre esta problemática. El informe Dobles estándares en nuestros platos fue publicado por Slow Food y socios de la UE, destacando las lagunas reglamentarias en los estándares de importación para países terceros. Se realizó un llamamiento dirigido a los nuevos Comisarios de la UE para eliminar los dobles estándares en la política comercial de la UE.

La UE puede establecer estándares de importación que beneficien a los agricultores agroecológicos

Al establecer medidas espejo en los estándares de importación, la UE puede avanzar y contribuir a una reorientación hacia la agroecología no solo en la propia UE, sino también en el hemisferio sur. Al fijar estándares de importación que beneficien al medioambiente, a los animales y a la salud de las personas en los países productores, los pequeños agricultores que producen alimentos buenos, limpios y justos tendrían una ventaja para acceder a los mercados europeos. Mientras que actualmente son sobre todo las grandes corporaciones las que producen para la exportación y acceden con mayor facilidad a los mercados europeos, debería darse a los pequeños agricultores las mismas condiciones. Por eso es importante aplicar medidas espejo teniendo en cuenta los costes para los pequeños agricultores y un calendario de aplicación factible y realista, para no ponerlos en desventaja.

Los alimentos y la naturaleza de la que dependen no conocen fronteras. Solo podremos disfrutar todos de una buena alimentación si trabajamos juntos – mucho más allá de cualquier tipo de nacionalismo económico.

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