Día Internacional de la Mujer: cómo Slow Food Farms empodera a las mujeres en todo el mundo
06 März 2025 | Spanish
Las mujeres están en el corazón de Slow Food Farms, el programa estrella de Slow Food que promueve la agroecología como única solución viable para transformar los sistemas alimentarios.
Con la celebración del Día Internacional de la Mujer de este año, que destaca la importancia de la igualdad de derechos, poder, y oportunidades para todos, Slow Food saca a la luz el papel de las mujeres que trabajan incansablemente todos los días para producir nuestro alimento, salvaguardar la biodiversidad, y preservar las tradiciones gastronómicas locales para las futuras generaciones.
«La alimentación es una parte fundamental de la vida de las personas y, en todo el mundo, las mujeres desempeñan un papel fundamental en los sistemas alimentarios a pesar de tener una influencia limitada en la toma de decisiones y derechos restringidos en la propiedad de tierras», explica Marta Messa, Secretaria General de Slow Food. «En Slow Food somos una red de personas y relaciones donde las mujeres tienen el potencial de conseguir el cambio hacia sistemas alimentarios más justos, especialmente dentro de los modelos agroecológicos que ponen de relieve la igualdad de género junto a otros principios clave. La agroecología, como marco, integra diversidad, igualdad y justicia como elementos esenciales de una visión más amplia que nos puede guiar hacia el futuro».
Según la FAO, las mujeres representan el 39% de los trabajadores agrícolas a nivel mundial. Aún así, siguen enfrentándose a una importante discriminación, encontrándose trabas para conseguir un trabajo seguro y de calidad, un sueldo digno, para poder participar en la toma de decisiones y para obtener créditos y servicios financieros. En cuanto a la propiedad de tierras, menos del 15% de los propietarios agrícolas del mundo son mujeres y el 85% son hombres.
Según se avecina el Día Internacional de la Mujer, es importante destacar la importancia de las mujeres en la agricultura.
«Las mujeres somos como la Madre Tierra —alimentamos, cultivamos y sostenemos. Ya sea criando animales, cultivando plantas o cuidando de nuestros hijos, nos convertimos en guardianas de los conocimientos ancestrales, transmitiéndoselos a las futuras generaciones. Con nuestras manos, transformamos simples ingredientes en historias y legados. Cuando tocamos los alimentos que nutren a la humanidad —mediante la agricultura, la comida casera, o como cocineras— preservamos la cultura, la biodiversidad y los sabores que, si no, quedarían olvidados en las prisas de la modernidad», añade Damara Enid Ortega Pérez, agricultora de Puerto Rico.
Hoy, Slow Food amplifica las voces de estas mujeres agricultoras, conectándolas a una comunidad global en la que cada una representa una pieza única de un gran puzle.
«Si queremos que la agricultura sea sostenible y queremos alimentar al mundo, tenemos que examinar los sistemas y los procesos para mejorar la eficiencia y producir una gran variedad de alimentos para todos», dice Rebecca Newman, de la finca Errichel en Escocia. Rebecca y su marido, Paul, son agricultores, ganaderos y propietarios de una tienda y un restaurante. «Criamos una raza poco común de ganado llamada Shetland, cerdos y una variedad de gallinas. Nuestros animales deambulan libremente y se alimentan de manera natural, lo que mejora no solo el sabor de los alimentos sino que también aporta beneficios como una menor necesidad de control parasitario gracias al pastoreo mixto. También conservamos un huerto del Arca del Gusto de Slow Food con manzanos ancestrales en peligro de extinción. Nuestra comunidad local está profundamente comprometida con el medioambiente y se interesa mucho por cómo se producen los alimentos».
Desde Europa hasta África, Cissy Mukabalonda, una agricultora ugandesa, destaca la importancia de la gestión del suelo y de los recursos: «Cuidamos de nuestros suelos para poder producir suficiente comida para nuestras familias. En mi finca cultivamos plátanos, cacao, caña de azúcar y plantas medicinales utilizadas tanto para animales como para humanos. El cultivo orgánico ayuda a prevenir la contaminación del suelo y garantiza que nuestro alimento esté bueno y limpio».
Las fincas de Slow Food Farms no son solo terrenos cultivados con fines agrícolas o para criar animales siguiendo principios sostenibles, sino que van mucho más allá. Las fincas de Slow Food Farms involucran a la comunidad local con actividades educativas, visitas a las fincas y también venden productos en los mercados locales.
Ireri Origel, Coordinadora del Mercado de la Tierra Toluca en México, subraya la importancia de la participación de la comunidad: «Uno de nuestros mayores desafíos es dar voz y visibilidad a las personas y los proyectos de nuestra diversa comunidad. Aproximadamente el 60-70% de las personas implicadas en el mercado, incluyendo a quienes lideran los proyectos, son mujeres. A lo largo de los años, hemos organizado cursos y talleres sobre diversos temas, como por ejemplo economía solidaria para las mujeres, ecofeminismo, estudios de género y el papel de las mujeres en la conservación de la agrobiodiversidad. Creemos firmemente en la transición agroecológica y queremos apoyar proyectos que estén interesados en dar ese paso pero que carecen de los recursos, los conocimientos o la orientación necesarios. El mercado promueve un enfoque comunitario, ofreciendo apoyo mediante alianzas y colaboraciones que hemos ido construyendo durante la última década». Al integrar las explotaciones en sistemas alimentarios locales resilientes, las explotaciones de Slow Food Farms no solo fortalecen el sustento de los productores, sino que también garantizan una compensación justa y una estabilidad económica a largo plazo.
Lengos Laho, de Taiwán, en representación de la Alianza de Cocineros de Slow Food, habla sobre el papel crucial de los cocineros: «Los cocineros desempeñan un papel fundamental en la educación de las personas y la concienciación. Apoyando a los agricultores y productores locales, ayudan a preservar las especies vegetales en peligro y crean nuevas recetas a la vez que mantenen vivos los sabores tradicionales».
Además, hay muchas otras mujeres que gestionan con éxito fincas de Slow Food Farms en todo el mundo, y cada una de ellas destaca en alguna actividad o área de interés específica. La Finca Agroecológica Entreverde en Chile es un fantástico ejemplo de compromiso con la agroecología, la biodiversidad y la sostenibilidad, mientras que La Libertad, en Colombia, se centra en el bienestar animal y las plantas medicinales. En Lituania, Sūrio Kelias es la primera finca agroecológica y biodinámica del país, mezclando antiguas tradiciones agrícolas con modernas prácticas sostenibles. En EE. UU. Encontramos Twin Peaks Orchards, una finca que no solo produce alimentos locales y saludables, sino que también está comprometida con un enfoque a largo plazo que promueve la sostenibilidad y la regeneración de la tierra.
2025 es un momento crucial en la búsqueda global de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer ya que marca el 30 aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. Adoptada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en 1995 en Beijing, China, por 189 gobiernos, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing sigue siendo el plan más progresista y ampliamente respaldado para los derechos de las mujeres y las niñas en todo el mundo.
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Si quieres saber más sobre el Día Internacional de la Mujer: https://www.un.org/en/observances/womens-day
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