El café en Cuba: Un viaje hacia un futuro sostenible
12 Sep 2023
La producción de café en Cuba tiene una larga e intrigante historia, profundamente arraigada en las tradiciones culturales de la isla. Su cultivo cuenta la historia de la cultura, los cambios económicos y un compromiso con la sostenibilidad que ha cobrado impulso a lo largo de los años. Este artículo nos lleva en un viaje a través de la historia del café cubano: desde sus abundantes comienzos y su pronunciada declinación hasta la recuperación actual, donde los frutos de la colaboración entre Lavazza y Slow Food realmente se hacen evidentes.
Explorando la Rica Historia del Café Cubano y su Camino hacia un Futuro Sostenible
La producción de café está estrechamente entrelazada en el tejido de la cultura cubana y ha sobrevivido para florecer dentro de sistemas agroforestales a pesar de una serie de desafíos históricos. Su cultivo se remonta al siglo XVIII, cuando agricultores franceses que huían de la Revolución Haitiana ampliaron la extensión territorial de las plantaciones de café desde las llanuras hasta las montañas.
La producción de café prosperó en el este de Cuba entre los siglos XIX y XX, culminando en la exportación de más de 20,000 toneladas cada año durante mediados de la década de 1950. Pero con la Revolución Cubana y la nacionalización de la industria, la producción de café disminuyó, alcanzando su punto más bajo durante la Gran Recesión.
Aunque una vez fue un componente vital de las exportaciones de Cuba, el café ahora desempeña un papel comercial marginal. Y sin embargo, Cuba es el hogar del primer sitio de café del patrimonio de la UNESCO en el mundo, subrayando su inmenso significado cultural. El potencial del café cubano es, de hecho, considerable: cada año se exportan alrededor de 1.5 toneladas de café arábica a nivel mundial, destacando tanto su calidad como su encanto duradero, con los productores liderando un resurgimiento en su producción.
Impulsando esta transformación actual se encuentran entidades como BioCubaCafé, un proyecto conjunto del Grupo Empresarial Agroforestal del Ministerio de Agricultura de Cuba (GAF), la Fundación Lavazza y la Agencia Internacional de Intercambio Cultural y Económico con Cuba (AICEC), que promueve la integración del cultivo de café en los ecosistemas forestales, junto con la monitorización de condiciones específicas y la trazabilidad completa del café con tecnología blockchain.
El Sistema de Garantía Participativa (PGS) de Slow Food también emerge como un catalizador, empoderando aún más a los agricultores en la garantía de la calidad de sus productos.
La Coalición de Café de Slow Food y Lavazza
La colaboración entre Slow Food y Lavazza representa una poderosa asociación que promueve la producción y el consumo sostenible de café, al tiempo que preserva el patrimonio cultural y fomenta el desarrollo comunitario.
En 2021, fundaron la Coalición de Café de Slow Food, en la cual Lavazza desempeña un papel fundamental como uno de los principales socios. Lavazza aporta su experiencia, recursos y un compromiso con el avance de prácticas de café sostenibles y éticas, todo en línea con los objetivos de la Coalición de promover un café bueno, limpio y justo para todos.
La Fundación Lavazza ha tenido un impacto significativo en las plantaciones de Santiago y Granma en particular. Al preservar los bosques, protege la biodiversidad de la región.
Al facilitar cursos de formación formales, apoyar la implementación de buenas prácticas agrícolas y obtener la certificación orgánica, respalda la sostenibilidad y la mejora de la calidad y el rendimiento del café. Y al empoderar a mujeres y jóvenes y acortar la cadena de suministro, fomenta la equidad social.
Comunidad de Slow Food BioCuba Café Frente Oriental
En 2022, la provincia oriental de Santiago de Cuba dio la bienvenida al establecimiento de la Comunidad de Slow Food BioCuba Café Frente Oriental, que reúne a 55 participantes representando a 170 productores involucrados en la producción de café orgánico en la región.
La creación de esta comunidad fue el resultado de un esfuerzo colaborativo que involucró a diversas partes interesadas, incluyendo a la Fundación Lavazza, Slow Food Cuba, GAF (Grupo Empresarial Agroforestal del Ministerio de Agricultura de Cuba), AICEC (Agencia Internacional de Intercambio Cultural y Económico con Cuba) y MAS (Movimiento Alimentario Sostenible de la Sociedad Cubana para la Promoción de Fuentes de Energía Renovable y Respeto Ambiental, Cubasolar).
“Detrás de cada grano de café hay muchos productores”, explica Kenia Aguilar Suárez, agrónoma de GAF y una de las coordinadoras de la comunidad. “Y realmente aprecian que estos movimientos globales reconozcan el trabajo que hacemos aquí”.
Cultivando Café en un Sistema Agroforestal
Entre las plantaciones de los 170 productores del este de Cuba, el café florece dentro de un entorno agroforestal. Las condiciones aquí se monitorean sistemáticamente para verificar variables como la temperatura del aire, la acumulación de agua de lluvia, la dirección y velocidad del viento y la humedad del suelo, contribuyendo al establecimiento de sistemas alimentarios sostenibles y adaptables.
“Nuestra dedicación a mantener la calidad de nuestro café permanece firme”, dice Rufino Mauriño Calzado, productor de café orgánico y agricultor de la comunidad en el municipio de Songo-La Maya de Cuba. “Incluso ante la sequía severa, anticipamos una cosecha sustancial este año”.
Rufino puede esperar una cosecha sustancial porque los sistemas agroforestales ayudan a mitigar los efectos del cambio climático.
Previenen la erosión del agua, ofrecen sombra y aseguran una rica variedad de especies vegetales y animales, ayudando al control de plagas. Los sistemas agroforestales son beneficiosos desde el punto de vista ecológico, fortaleciendo la conservación del suelo y el reciclaje de nutrientes, y funcionan como sumidero de carbono al almacenar carbono en árboles y suelos, y económicamente ventajosos, diversificando los ingresos de los agricultores a través de combinaciones de cultivos de café.
“Nosotros, como Slow Food, promovemos los principios de la agroecología y la consolidación de sistemas agrícolas y alimentarios locales. Creemos que el agricultor es el protagonista en la formación de un ecosistema sostenible”, explica Madelaine Vázquez Gálvez, coordinadora de Slow Food Cuba y consultora de la Coalición de Café en Cuba.
Abrazando el Sistema de Garantía Participativa de la Coalición de Café de Slow Food
La Comunidad de Slow Food BioCuba Café Frente Oriental ha adoptado el enfoque del Sistema de Garantía Participativa (PGS) para certificar su café como “bueno, limpio y justo”, reflejando así los estándares establecidos por otros productores en la Coalición.
Líderes y miembros de la comunidad han participado en talleres de capacitación en Songo-La Maya, Contramaestre, Guisa, así como en Segundo y Tercer Frente, diseñados para incorporar la metodología PGS de Slow Food en el contexto local. “Esta experiencia representa un paso importante en el camino hacia la incorporación de los PGS en el marco institucional de Cuba, de acuerdo con la Política de Agroecología del país”, subraya Leidy Casimiro Rodríguez, Consejera Internacional de Slow Food para el Caribe y coordinadora de la Coalición de Café en Cuba.
Entre los agricultores involucrados en el PGS se encuentran la pareja Wilber Sánchez Carbonell y Surmailis Guerra Biens. Hablando desde la finca La Carolina en el municipio de II Frente de Santiago de Cuba, destacaron la importancia del sistema de garantía para reconocer los esfuerzos de los productores y proteger los ecosistemas como el suyo.
“Estimula el interés por el café en las generaciones más jóvenes, promueve la igualdad de género en la gestión de cultivos y fortalece nuestra posición en el mercado global. Aunque sigue siendo una experiencia nueva, requiere intercambios comunitarios y un liderazgo constante. Sin embargo, el PGS aporta un valor agregado distintivo a nuestro producto”, concluyeron.
Rubert Almenares Román, portavoz de la comunidad y coordinador del Comité Ético del PGS, agregó: “El PGS prospera gracias a la confianza mutua entre los miembros, fomentando un ambiente amigable que mejora el intercambio de información”.
La Reserva de ¡Tierra! Cuba
El trabajo de la Fundación Lavazza junto con la Comunidad local ha culminado en “La Reserva de ¡Tierra! Cuba”, una mezcla orgánica dedicada a los baristas profesionales compuesta por un 65% de arábica lavado, un 25% de robusta lavado y un 10% de robusta fermentado. Una mezcla contemporánea fácil de beber gracias al uso de robusta fermentado durante hasta 72 horas obtenido a través de un proceso controlado desarrollado por la I+D de Lavazza y los centros de investigación cubanos.
Gracias a un sistema completo de trazabilidad implementado en interés de la transparencia, La Reserva de ¡Tierra! Cuba utiliza tecnología blockchain integrada. Los datos se comparten con los productores para mejorar las prácticas agrícolas y con los consumidores, permitiéndoles acceder a información completa sobre el producto y la cadena de suministro, desde la plantación hasta la taza.
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